Tras casi un mes de reuniones y visitas al mercado de la ciudad china de Wuhan, donde se identificó por primera vez la enfermedad, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han llegado a conclusiones más o menso conocidas ya por todo sobre el origen de la pandemia.
La única evidencia es que su origen está en un animal, y el principal candidato es el murciélago, pero este mamífero no vive en Wuhan ni su entorno. Además, el coronavirus saltó al humano en 2019.
Ahora habría que averiguar si hubo un animal intermedio entre el murciélago y el hombre, como los visones o los gatos, de alta sensibilidad al coronavirus, aunque aquí también se abre el abanico a otros animales (no solo el pangolín) que pueden actuar como reservorios de coronavirus susceptibles de transmitírselos a los humanos por estar más cerca de nosotros.
Uno de los expertos ha solicitando que se investigue también la posibilidad de que el virus haya entrado en China a través de productos congelados, ya que puede sobrevivir en frío extremo y recorrer así «largas distancias. No es posible determinar cómo se introdujo en el mercado Huanan de Whan», ha concluido.
Tampoco se descarta que hubiera coronavirus circulando antes de los casos detectados en Wuhan, los primeros detectados en diciembre de contagios que se produjeron en noviembre y que se hubiera producido el primer caso por el contagio directo de un animal a un humano.
La posibilidad «extremadamente improbable» de que el virus haya sido fabricado en un laboratorio. La OMS ya ha avanzado que no continuará explorando esta cuarta hipótesis.