Hace un año, cuando se declaró la pandemia y llegó el confinamiento drástico que se prolongó durante 55 días para sobrevivir a la llegada del coronavirus, se declararon algunos servicios esenciales para mantener el pulso d la sociedad y un mínimo de actividad económica.
Se cerró todo menos los supermercados y tiendas de alimentación, de comida para mascotas, de artículos tecnológicos y las farmacias.
Los ciudadanos no podían andar por la calle si no era para ir al súper, a la farmacia, al trabajo, al médico, al cajero automático del banco o por causa de fuerza mayor y necesidad (ir al médico, peluquería, tintorería o pasear al perro), o cualquier otra de naturaleza semejante debidamente justificada.
Eran trabajos esenciales, además de los carteros, empleados de la limpieza, periodistas, repartidores de paquetería… amén sanitarios, sociosanitarios, fuerzas de seguridad y docentes. Un año más tarde, han cambiado algunas cosas y potras no, porque vamos de ola en ola surfeando como podemos la pandemia.
La gran novedad ha sido la llegada de la vacuna, y sin encontrar ninguna resistencia se decidió aplicársela primero a los ancianos delas residencias, relegando a los que estaban en sus casas asustados y con la misma vulnerabilidad, a los trabajadores de las residencias, al personal sanitario (de primera y última fila), y luego los grandes dependientes, así como fuerzas de seguridad y docentes.
Una forma muy sutil de estrechar ahora la salvación a unos determinados grupos esenciales y relegando al resto que tan fundamentales fueron en el inicio de la crisis.
Ahora parece que se va corregir ese disparate de vacunar por castas en lugar de otros criterios más objetivos. Y se ha optado por el de la edad, con prioridad para los más mayores y de ahí hacia abajo.
Tras esos grupos se vacunará a los mayores de 80 años que están asustados en sus casas, luego a los mayores de 70 y tras ellos los mayores de 60 y los menores de 60 con patologías o factores de riesgo,… todos ellos con las vacunas de Pfizer y Moderna, que son las que más protegen.
El grupo de 45 a 55 años sin patologías se vacunará con el remedio de AstraZeneca, como los sanitarios de primera línea y los sociosanitarios y tras ellos el resto. A partir de abril llegarán muchas más vacunas y el proceso se agilizará.