Las organizaciones profesionales agrarias Asaja, UPA y COAG critican el abandono del Gobierno a los ganaderos que se enfrentan a los lobos cada día y anuncian protestas.
El «blindaje del lobo» por parte del Ministerio para la Transición Ecológica sacará a las calles a miles de ganaderos españoles. Lejos de ser una “pataleta”, los productores se movilizarán para lanzar un “grito de auxilio” para revertir la que consideran como medida perniciosa y sectaria que les causará graves problemas.
Así lo han indicado las tres organizaciones mayoritarias en España, después de su reunión con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y con el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, a los que han pedido «una reflexión profunda sobre la inclusión del lobo en el listado de especies de protección especial. Habida cuenta de que según los expertos la situación del lobo ibérico es de expansión, y no de peligro de extinción», señalan.
“Aquí nadie quiere exterminar al lobo”, indican. “La actitud y las propuestas del secretario de Estado de Medio Ambiente no van en esa dirección”, critican las OPA.
Líneas rojas para los ganaderos
La inclusión del lobo en el listado de protección especial supone, en la práctica, dejar de gestionar y controlar al lobo al norte del Duero. «Un depredador que causa pérdidas constatadas de más de 6 millones de euros al año a los ganaderos en España y devora más de 10.500 cabezas de ganado, fundamentalmente en Asturias, Galicia, Cantabria, Castilla y León y Madrid», indican.
Se calcula que en España hay unos 3.000 lobos, muy por encima de países como Francia, Alemania, Suiza, Noruega o Suecia. Unas cifras que en todo caso son estimaciones, pues el censo está pendiente de actualizar desde 2014. A pesar de ello, el Gobierno pretende incrementar aún más esa cifra, lo que puede incrementar la presión sobre los ganaderos “de forma insoportable”.
Las organizaciones profesionales agrarias aseguran que la situación de la ganadería es muy complicada, y lo que menos necesita España es agravar un problema como el del lobo. “Somos nosotros los que nos enfrentamos a él y le damos de comer cada día. Debemos ser escuchados, respetados y tenidos en cuenta”, han explicado.