[dropcap]N[/dropcap]uestro Gobierno Municipal ha publicitado muy bien las nuevas calles a 20 Km/H en zonas residenciales; pero más allá del marketing, la realidad es que se siguen haciendo vías nuevas que son desproporcionadas a las demandas y a las necesidades futuras, como el vial del nuevo hospital (Paseo de la Transición Española): una gran vía de 50 km/h de cuatro carriles, que discurre entre el nuevo hospital y el río. Se trata de una vía sobredimensionada, sin radares, sin lugar a dudas con efecto llamada a los automovilistas, muy logrado, lo menos apropiado en un entorno hospitalario.
El Consistorio podría haber aprovechado para continuar con la lógica de Rector Esperabé, y Paseo de Canalejas, con límites de 30 km/h para tener un anillo que cierre el centro a esa velocidad, esto permitiría que la calzada fuese ocupada también por bicis y patinetes ya que supondría una pacificación del tráfico.
Las zonas de baja velocidad recientemente anunciadas deben ir controladas con radares fijos, e igualmente deben estar controladas las zonas a 50. Actualmente, sigue habiendo vías en las que se hacen carreras de coches, como es el Puente de la Universidad y la Avenida Ignacio Ellacuría. Ninguna de esas vías tiene ningún control. Los peatones se sienten amenazados cruzando cualquiera de los pasos de peatones en dichas vías. La inseguridad es total cuando se cruza el paso de peatones del Puente de la Universidad con Avenida Ignacio Ellacuría, con semáforo abierto simultáneamente a coches y peatones, a pesar de que llevamos años comprobando que los semáforos en intermitencia mientras cruzan los peatones no pacifican el tráfico y aumentan la inseguridad vial.
Para afrontar esa inseguridad, la Corporación va a gastar 500.000 euros de las arcas públicas en una rotonda al final del Puente de la Universidad. Rotonda que se podría sustituir perfectamente por un semáforo regulado de otra manera más favorable para los peatones y para el tráfico dominante que es: dirección Oeste, Ignacio Ellacuría hacia puente Universidad y dirección Sur, Puente de la Universidad hacia el Este por Ignacio Ellacuría. Mejor sería gastar ese medio millón en otras intervenciones necesarias para aumentar la seguridad vial en la ciudad.
Otro de los problemas que tenemos en la actualidad es el intenso uso del coche para llevar a los niños y niñas al colegio, con la consiguiente invasión de calzada y aceras. En urbanismo se suele decir que si una ciudad se diseña para un niño, entonces todo el mundo cabe dentro. Una medida para acercarnos a una ciudad para los niños y las niñas es el diseño de rutas escolares seguras para todos los colegios. Existen varias localidades españolas que desde hace años acumulan experiencia desarrollando rutas escolares seguras.
Sin embargo, hace unas semanas, el Ayuntamiento de Salamanca en pleno rechazó una moción presentada por Izquierda Unida para crear caminos escolares seguros en la ciudad. La moción señalaba que “Estas iniciativas se constituyen en valiosas herramientas para evaluar y mejorar la accesibilidad, la seguridad y la amabilidad de nuestro entorno urbano. Además resulta ideal para concienciar sobre la necesidad de una movilidad sostenible (…) y una ayuda a las familias, que pueden despreocuparse de acompañar a los escolares a sus centros de estudio”.
También, nuestras autoridades, hacen campaña de la buena calidad del aire en nuestra ciudad, sin tener en cuenta que hay personas que siguen muriendo prematuramente por los distintos contaminantes que respiran en nuestra ciudad. Ecologistas en Acción ha presentado los resultados de unas mediciones[1] que han realizado en 7 ciudades Castilla y León, entre ellas Salamanca, que arrojan unos resultados nada tranquilizadores. Las conclusiones principales del estudio han sido: 1) que la ciudad con peor situación de contaminación atmosférica es Salamanca, incluso en comparación con Valladolid. 2) Que ninguna ciudad del estudio tiene las estaciones oficiales colocadas en los lugares adecuados. Salamanca menos aún.
Por: Comité Antinuclear y Ecologísta de Salamanca