Iberdrola registró un beneficio neto de 3.610,7 millones de euros en 2020, un 4,2 por ciento más que los 3.406 millones obtenidos en 2019. Según la información remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la mejora del beneficio se explica por el esfuerzo inversor, que batió récords, y por la evolución operativa.
De hecho, el crecimiento del beneficio sería del 10 por ciento si se excluye el impacto de la Covid-19, que fue de 238 millones de euros durante el ejercicio. En 2021, la compañía estima alcanzar un beneficio neto de entre 3.700 y 3.800 millones de euros.
En concreto, las inversiones alcanzaron los 9.246 millones de euros en 2020 y fueron un 13 por ciento superiores a las del ejercicio anterior. El 91 por ciento de este volumen se destinó al desarrollo de nuevos proyectos renovables y redes eléctricas para acelerar la recuperación, en línea con la estrategia del grupo.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) subyacente fue de 10.715 millones de euros en 2020 (+8 por ciento), si se excluye el impacto de 218 millones de la COVID-19 y el efecto del tipo de cambio, que ha sido de 487 millones de euros.
Por negocios, el 75 por ciento del importe total procede de áreas reguladas (redes) y renovables. La eólica marina aporta 585 millones de euros en este capítulo, tras crecer un 72 por ciento.
Pese al contexto complejo de la pandemia, la compañía instaló 4.000 nuevos megavatios (MW) en los últimos 12 meses -casi 3.000 MW renovables en 2020- y alcanzó los 35.000 MW de capacidad instalada renovable.
Por mercados, la peor evolución en España ha sido compensada por el crecimiento internacional, que aporta ya dos tercios del Ebitda. La demanda eléctrica en la Península Ibérica disminuyó un 5,1 por ciento condicionada por la crisis de la COVID-19.
Iberdrola en España redujo su Ebitda un 5 por ciento y un 13 por ciento su beneficio neto en 2020. Pese a esta evolución, las inversiones aumentan un 21 por ciento, hasta 2.100 millones de euros, como reflejo de la apuesta por la recuperación verde en el país.
La compañía mejoró también las principales ratios financieras y reforzó la solidez de su balance: el cash flow o flujo de caja operativo se situó en 8.191,6 millones de euros, tras crecer un 1,6 por ciento, y la deuda se redujo un 6,4 por ciento, hasta los 35.142 millones de euros.
El crecimiento en los resultados permite a Iberdrola proponer una retribución al accionista con cargo a 2020 de 0,42 euros por acción, un 5 por ciento más que en 2019. El Consejo de Administración propondrá en Junta de Accionistas la aprobación de un reparto de dividendo complementario, de 0,252 euros por acción, que se sumarán a los 0,168 euros abonados en concepto de dividendo a cuenta. Para 2021, la compañía prevé la distribución de un dividendo de 0,44 euros/acción.