El comercio y algunos bares salmantinos se enfrentan a una nueva amenaza en unos tiempos poco halagüeños para sus respectivos sectores. El 1 de enero de 2015 expiran los contratos de renta antigua que garantizaban a los arrendatarios pagar cuotas muy bajas.
Algunos negocios ya advierten a sus clientes de que cierran por finalización del contrato de alquiler, el de renta antigua que al adecuarse a los precios de mercado harán inviables algunos negocios.
En realidad, no hace falta que caduquen los contratos de renta antigua para que peligren los negocios, porque los alquileres que están adecuados al mercado se encargan por sí mismos de conducir al cierre a numerosos negocios, bares y tiendas, fundamentalmente, que no pueden hacer frente a las constantes subidas de los alquileres.
En España hay unos 100.000 alquileres de renta antigua, pero en Salamanca no hay un censo preciso, según explica benjamín Crespo, presidente de la patronal del comercio salmantino, Aesco.
Adaptados en el centro
«Habrá algunos que tengan que actualizar sus rentas», explica, «pero no es una de las consultas más habituales, porque muchos ya se han ido adaptando, sobre todo en el centro, por cambio de propietario del negocio o por reforma», indica Crespo.
Aesco pone a disposición de los comerciantes su asesoría jurídica para informar a los comerciantes que lo precisen sobre la caducidad de los contratos de renta antigua y sus consecuencias.
El presidente de los comerciantes señala que lo que más daño hace al comercio es el paro y la caída del consumo. Si a esto se suman aumentos de costes fijos como actualizaciones de contratos de alquiler (ya sean de renta antigua o moderna), «habrá algunos que no podrán soportar esa subida».
Crespo afirma que hay empresarios que ya están tirando de sus ahorros para no cerrar el comercio a la espera de que mejore la situación, pero no tiene visos de hacerlo a corto plazo. «El problema fundamental del comercio es que el consumo se ha retraído y el paro escandaloso que hay», insiste.
[quote_box_center]LA RENTA ANTIGUA DESAPARECE
Los llamados alquileres de renta antigua, incluidos en un régimen especial y barato, caducan el 1 de enero de 2015 tras 20 años de prórroga. Los afectados piden una nueva moratoria de 10 años, hasta el 2025, para evitar el cierre de unos 100.000 locales en toda España y que 300.000 personas se queden sin su puesto de trabajo.
Se trata de contratos firmados antes de mayo de 1985, y que se benefician de precios muy bajos a veces incluso simbólicos porque no subían cada año. El arrendatario podía mantener el local o la vivienda en su poder siempre y cuando abonara la renta. Incluso tras su fallecimiento el derecho pasaba a su cónyuge o a sus herederos sin que ello supusiera un aumento del alquiler. La moratoria que ahora acaba afecta a los locales, no a las viviendas que se rigen por este tipo de contratos.
En total hay unos 200.000 negocios que se benefician de estas rentas bajísimas, según las estimaciones realizadas por la organización de autónomos UPTA.[/quote_box_center]