La Consejería de Educación anda últimamente más pendiente de que no se cuelguen carteles en defensa de la educación pública que en los centros públicos que de mantener algunos elementos estéticos e informativos.
Es el caso del lamentable estado de los rótulos de sus centros educativos, como el Mateo Hernández, Vaguada de la Palma o el Conservatorio Superior.
Tienen en común que presentan un deterioro similar como casi todos los carteles de los demás centros públicos de la capital dependientes de la administración autonómica, tanto por su antigüedad, falta de mantenimiento y vandalismo.