Un equipo de investigadores de la Universidad de Greifswald, en Alemania, han encontrado la explicación a los casos de trombos y problemas de coagulación registrados en algunas personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus.
El estudio publicado en Science asocia la vacuna de Oxford con el desarrollo de un trastorno protrombótico que se asemeja clínicamente a la trombocitopenia inducida por heparina, pero que muestra un perfil serológico diferente.
Los trombos relacionados con esta vacuna suelen producirse tras una «combinación muy inusual de síntomas», como coágulos sanguíneos generalizados y un recuento bajo de plaquetas, a veces con sangrado, una reacción parecida « a un efecto secundario poco común de la heparina, un anticoagulante llamado trombocitopenia inducida por heparina», señala el estudio.
«Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo», ha asegurado en un artículo publicado en Science Andreas Greinacher, el especialista en coagulación que ha dirigido el estudio, publicado de forma preliminar en Research Square.
La heparina se une a una proteína llamada factor plaquetario 4 (PF4), formando un complejo. Por razones que se desconocen, algunas personas producen anticuerpos contra este complejo, lo que provoca una reacción de coagulación fuera de control, sostienen. Algo que también se produce en algunas personas, sobre todo mujeres, tras ser inoculadas con la vacuna británica.