Indignación, incertidumbre y temor entre la población rural que acudió a vacunarse con AstraZeneca

Dicen que los tratan como "conejillos de indias"
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Vacunación con AstraZeneca en Salamanca. (Ical / Susana Martín)

La suspensión cautelar de la vacunación AstraZeneca provocó este miércoles «indignación» entre las personas que acudieron a recibir la dosis programada desde los núcleos rurales a las capitales y regresaron como habían llegado, pero con una mayor sensación de «incertidumbre» sobre el futuro ante las decisiones políticas y con mayor «temor» ante posibles efectos adversos.

 

La paralización de la vacunación masiva de este miércoles y mañana jueves en el Hospital Provincial de Ávila, a la que estaban convocadas casi 1.500 personas de municipios de la provincia y de la capital, provocó resignación, en unos casos, e indignación, en otros, entre los que se dieron cita a primera hora y que se enteraron de la decisión al llegar al centro hospitalario tras viajar desde diferentes puntos de la geografía abulense.

Es el caso de Manuel, vecino de Crespos, que según explicó, llevaba “desde las cinco de la mañana levantado para aviar al ganado y lo he dejado a medias porque tenía que venir a vacunarme y al llegar aquí me he encontrado esta situación”. “No lo han hecho mal, lo han hecho peor, porque nos han hecho desplazarnos a Ávila para nada y a los responsables parece que les da lo mismo todo”, afirmó, porque “igual que llevaban mucho tiempo diciendo que teníamos que venir, tenían que haber avisado ayer y no nos habíamos dado esta paliza, y ahora nos tenemos que aguantar”.

Piedra, vecina de El Barraco, explicó que había venido “en el coche de línea esta mañana a casa de mi hijo y me han mandado un whatsapp desde el Ayuntamiento de El Barraco comunicándome que habían suspendido la vacunación. Hay que aguantarse, aunque al tener aquí a mi hijo, no estoy en la situación de otras personas que han venido desde más lejos”.

Por su parte, Enrique, vecino de Arenas de San Pedro, tras realizar un viaje de más de una hora hasta Ávila, criticaba la ausencia de información sobre las causas de la suspensión de la vacunación. “Hemos sido embarcados en este proyecto, hemos dicho que sí y hemos venido desde sitios lejanos de la provincia, creo que de manera innecesaria porque habiendo centros de salud, la organización es mucho más fácil y efectiva, pues llega a muchas más personas”.

Explicó también que un número de personas delante de ellos, concretamente 25 según confirmó la Delegación Territorial de la Junta en Ávila, ya habían sido vacunados “y en un momento determinado ha llegado una orden de arriba y todo el mundo ha cortado el proceso de vacunación en seco. Cuando hemos preguntado las razones, nadie sabía nada, solo que era una orden de arriba y no hay interlocutores”. A su juicio, “como ciudadanos merecemos un respeto porque nos hemos embarcado en esto, hemos puesto nuestro dinero y tiempo y nuestra confianza y nadie nos ha dado una explicación de por qué se ha interrumpido. Esperemos que los responsables puedan explicarlo y asuman su responsabilidad”.

En Soria hoy deberían de haberse vacunado 110 personas del área de salud de San Leonardo de Yagüe, 70 de Duruelo de la Sierra y alrededor de 900 sorianos (nacidos entre el 1964 y 1965) cuyas tarjetas sanitaria están adscritas a los centros de salud: Soria Norte, Soria Sur, Unidad de Tarde y Soria rural.

Ana de Miguel, vecina de Duruelo de la Sierra, llamó a primera hora a su centro de salud para saber con exactitud la hora a la que debía de ir para administrarse la vacuna. Justo en ese momento acababan de recibir la noticia sobre la suspensión cautelar del suero británico.

La mujer, de 60 años de edad y de grupo de riesgo, afirma que la Junta debería haber dispuesto que las personas que ya estaban convocadas hubieran recibido la vacuna de otro laboratorio, y reconoce que si antes tenía dudas sobre la efectividad de AstraZeneca, ahora las mismas han aumentado.

“Me iba a vacunar porque mis hijas insistieron e insistieron sobre que debía hacerlo, pero no estaba nada convencida por todo lo que se dice y se escribe de los efectos de la vacuna de este laboratorio”, detalla.

Asimismo, considera que los políticos tratan a la población como “conejillos de indias y adoptan medidas a ciegas sin saber con certeza las consecuencias que pueden acarrear”.

Ana de Miguel asegura que si hoy el Consejo Interterritorial de Salud decide que Castilla y León debe seguir con la vacunación de AstraZeneca no sabe si acudirá al centro de salud para que se la inoculen. “Si antes tenía dudas, pero ya estaba decidida, ahora la verdad es que tengo muchas más”, reflexiona para señalar que es consciente que si no le administran en el momento que le señalen la misma podría quedarse sin vacunar.

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