Ecologistas en Acción de Castilla y León ha realizado durante la segunda mitad de febrero de 2021 una segunda campaña de medición de la contaminación en siete ciudades de Castilla y León, con 150 aparatos analizados en un laboratorio acreditado de Reino Unido. Las mediciones se han realizado durante dos semanas consecutivas en las calles con más tráfico de cada ciudad, y también en algunas áreas peatonales sin apenas circulación de vehículos a motor.
Para la elección de los emplazamientos, se han tomado como referencia del tráfico urbano los mapas de ruido de cada ciudad, buscando las calles más ruidosas y congestionadas. Los medidores han sido instalados por medio centenar de personas voluntarias formadas por la organización en farolas de las ciudades investigadas, a una altura aproximada de 3 metros y respetando el resto de criterios legales (distancia a grandes cruces, edificios y calzadas, ausencia de obstáculos, etc.).
Con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid y la Junta de Castilla y León, se han ubicado medidores en las estaciones oficiales las ciudades de León, Salamanca, Segovia y Valladolid, y también en las proximidades de las estaciones oficiales de la Junta de Castilla y León en las restantes ciudades, con la finalidad de hacer una comparativa con los emplazamientos oficiales.
El contaminante analizado ha sido el dióxido de nitrógeno (NO2), emitido por el tráfico urbano (sobre todo por los vehículos diésel), gas tóxico que en el cambio de siglo registraba en las ciudades de Castilla y León niveles muy elevados, por encima de los límites legales entonces vigentes. En la primera década del siglo el Ayuntamiento de Valladolid y la Junta de Castilla y León reubicaron todas las estaciones con incumplimientos legales, por lo que éstos desaparecieron “mágicamente”.
No obstante, con los resultados de las dos campañas de medición realizadas en noviembre de 2020 y febrero de 2021, Ecologistas en Acción ha podido comprobar que la situación real de la contaminación atmosférica en las ciudades de Castilla y León es muy diferente de la “excelencia” que publicita el Gobierno de Castilla y León. Las estaciones oficiales orientadas al tráfico registran de promedio la mitad del NO2 que, en las calles con más circulación de automóviles, en cada ciudad.
En todas las ciudades analizadas las estaciones oficiales están entre la mitad de los emplazamientos con menos NO2, siendo Palencia, Salamanca y Segovia las ciudades que peor ubicadas tienen sus estaciones de medición en relación a la contaminación producida por el tráfico motorizado urbano. Los resultados de febrero de 2021 reiteran los de noviembre de 2020, con pequeñas variaciones.
En este sentido, la organización ambiental recuerda que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en “las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta”. Regla que a la vista de los resultados de las campañas de medición de Ecologistas en Acción «está siendo incumplida palmariamente por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid», indica.
La contaminación más alta, en Canalejas
Además, la quinta parte de los medidores analizados han superado durante el mes de febrero el valor límite anual de NO2, establecido por la normativa en 40 microgramos por metro cúbico (mg/m3), pese a la menor movilidad por la crisis de la COVID-19. Como ya sucediera en noviembre de 2020, en febrero de 2021 el nivel más alto de contaminación se ha detectado en el Paseo de Canalejas de Salamanca, con 64 mg/m3, frente a los 22 mg/m3 del medidor de la estación oficial.
Así, 9 de los 24 medidores instalados en Salamanca han superado en febrero de 2021 el valor límite anual de NO2, situándose en ese periodo de nuevo como la ciudad con más contaminación de Castilla y León. En el Paseo de Carmelitas se han alcanzado 55 mg/m3, 54 mg/m3 en San Juan Bosco, 53 mg/m3 en la Gran Vía, 51 mg/m3 en la Avenida de Mirat y 50 mg/m3 en la Avenida de Alemania (donde hasta 2006 existió una estación oficial), como consecuencia de su intenso tráfico.
Por último, en parte de los emplazamientos con más contaminación se localizan centros sensibles como colegios, institutos, centros de salud u hospitales, colindantes con vías de alta circulación de vehículos, lo que abunda en la necesidad de medir mejor la calidad del aire que respiramos. En cambio, los cascos históricos y las calles peatonalizadas son las que registran los niveles más bajos de NO2, lo que demuestra que el tráfico es el principal responsable de la polución urbana.
Como ya hiciera el pasado mes de enero con el informe de la primera campaña de medición, Ecologistas en Acción va a trasladar los resultados de su segunda campaña a la Junta de Castilla y León y al ayuntamiento de la ciudad, solicitando que se cambie la ubicación de las estaciones oficiales para que reflejen más fielmente la contaminación atmosférica urbana, así como que se adopten medidas decididas de restricción de la circulación motorizada en las ciudades y un reparto del espacio público más favorable para viandantes, ciclistas y transporte público.
De no obtener una respuesta positiva a esta demanda, la organización ambiental acudirá a los tribunales para que estos obliguen a las administraciones competentes a cumplir con su obligación legal de medir fielmente la contaminación atmosférica y actuar en consecuencia, invocando para ello la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia de 29 de junio de 2019 sobre la obligación de ubicar puntos de muestreo en los lugares más contaminados.
El dióxido de nitrógeno (NO2) provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, 500 de ellas en las ciudades de Castilla y León. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, incrementando la mortalidad de enfermedades como la COVID-19.