[dropcap]A[/dropcap]ndo justo de tiempo últimamente. Estimulante, no tengo mucho porque estoy haciendo cosas durante él. Lo utilizo, vaya. La cuestión es que al esconderse el sol, me ha dado por encender la pantalla y darle al cine antiguo. Curtis, Lancaster, Day, Grant, Hudson, Mitchum, Douglas, Caine, Sutherland y demás gentes (sí, solo Doris como prota, ahí lo dejo). Variopinto.
A esto, me ha dado por pensar en hoy, en la vida, cualquier cosa sirve para ello si quieres que sirva para ello. En lo que suponemos por hoy, más bien. Es muy interesante interpretar una película de los años 50 con 70 de distancia. En primer lugar, porque a las que han llegado hasta aquí debemos concederles cierto valor, ¿no? Si hubieran sido truños no habrían sobrevivido década tras década.
Personalmente, se me ocurre otorgarles ese valor por dos motivos fundamentales, que fueran icónicas por sus propuestas o intérpretes, las estrellas de entonces, los modelos físicos, o bien, que representaran en el metraje una realidad social de la época. Sin ser ningún experto en cine, entiendo que ahora es más o menos igual, ¿verdad?
No todas me han gustado, debo decir. Pero sí me han llamado la atención. Todas. Lo que he visto gira alrededor de la interpretación del elenco. No hay efectos especiales, es una historia que descansa y se sujeta en el buen o mal hacer de, fundamentalmente el actor “dandy” y el acompañamiento de la actriz “pobrecita mía”. Ya.
¿Y las tramas? Pues las propias de los enredos de buenos y malos. También como ahora. Me han sonado todas muy inocentonas, simples o simplonas. Claro, medio siglo es lo que tiene. Poco creíbles en la era del Full HD, el 4K, el 5G, agua…
Una vez puesto, me puse a suponer cómo serían las vidas y las expectativas de las personas que llenaron las salas de cine para ver como gran novedad lo que yo he visto a través de una plataforma, desde un sofá, con una infusión de cúrcuma y con la menor duración posible como criterio de selección. Para irme a la cama antes de que la carroza se me transforme en calabaza.
Conclusiones. Los actuales somos muchísimo más listos, menos inocentes y más complejos que los anteriores. Más valientes y deslenguados. No hay más que ver una película de los 60. Los hijos somos más “listos” que nuestros padres. Evidencias.
Esa máxima nos debe hacer pensar que también nuestros padres superaron a los suyos, y nuestros abuelos a sus padres y nuestros hijos harán lo mismo con nosotros, aunque no veamos sentido al TikTok, por poner una cosa a la que no le veo sentido.
Quizá, ver una peli antigua sería motivo más que suficiente para entender que lo que viene después, por lo general, mejora en muchos sentidos a todo lo anterior. Y por supuesto, para entender también, que todas esas mejoras solo pueden darse porque eso que mejora existía previamente.
Es decir. La rueda.