Opinión

La Mora y el libro encantado

 

Gracias por tu embrujo y tu sábana blanca…

[dropcap]H[/dropcap]e de reconocer que en mi corto recorrido fotográfico, he tenido la fortuna de coincidir en exposiciones colectivas con relevantes artistas de la fotografía, la pintura y otras disciplinas artísticas. Por ejemplo, en el Palacio del Obispo expongo para Manos Unidas cada dos años o como en el caso que hoy relato, cuando expuse en La Salina, con el IDES (Instituto de la Identidades de la Diputación de Salamanca).

La propuesta fue a mediados de 2017 cuando Juan Francisco Blanco director del IDES contactó conmigo para ofrecerme participar en la exposición Imaginarios que estaba preparando para septiembre de 2018.

Además, me comunicó que participarían: Andrés Alén, Enrique Carrascal, Jesús Coyto, José Fuentes, Jesús Formigo, Carlos García Medina, Tomás Hijo, Luis de Horna, Salud Parada Morollón, José Portilla, Jerónimo Prieto y Juan Francisco Pro.

Ciertamente, dudé, pero sabía que era una ocasión que no podía desaprovechar y acepté.

La exposición, trataba, cito textualmente, de: “materializar a través del arte, ritos, fiestas y costumbres muy arraigados de nuestra cultura salmantina”.

Pedí un poco más de concreción, dado mi desconocimiento del tema. Me apuntó varias posibilidades, entre ellas, la figura de La mora encantada, que no me convenció, pues me parecía un personaje complejo.

Pasaron los días, las semanas, los meses, busqué información, pero no encontré un camino por el que decidirme, tal vez pesaba mucho la responsabilidad de desentonar lo menos posible. Sinceramente, esto me preocupaba más que mi propia obra.

El embrujo

Fue un domingo 12 de noviembre de 2017 cuando algo inesperado marcaría el desenlace final de esta historia. Tal día fui de ruta por algunos pueblos de Valladolid en compañía de Lira.

Por la mañana estuvimos en Medina del Campo y Tordesillas, al atardecer llegamos a Urueña, el sol de noviembre doraba el paisaje, su  muralla y sus calles. Mientras, entre el silencio y la palabra alternábamos el paso, admirando el momento.

En el interior del pueblo, encontramos calles estrechas y pequeñas librerías apostadas en la muralla. Fue en una de estas librerías donde Lira se paró: “A ver si encuentro algún libro que te ayude con la exposición”. Estuvo rebuscando libros de segunda mano en los estantes del local, se decidió por uno que le llamó la atención por su título, Brujería y otros oficios populares de la magia.

Lo compró y me lo regaló. Nos paramos un instante a ojearlo y… ¡sorpresa! hablaba de La mora encantada, entre otros temas. “No puede ser, ¿quién lo firma?”. Doble sorpresa, Juan Francisco Blanco.

Estaba claro, sí, La mora encantada me esperaba en Urueña, no podía seguir buscando personajes para la exposición. Ya en Salamanca, días después, leímos el libro varias veces y estudiamos el personaje que se manifestaba de diferentes formas en función de la localidad donde se aparece.

Al final elegí una de las historias que más me gustó, la aparición de La mora encantada a la orilla del río con una sábana blanca tendida tras de sí, espera la llegada del pastor a la otra orilla, llamado por sus encantos. Cuando este la mira, ella se marcha.

Decidí elaborar un tríptico con tres escenas ensoñadas en tonos fucsia, la primera con ella esperando sentada y mirando hacia abajo, la segunda con ella sentada y la mirada levantada hacia la otra orilla, mirando supuestamente al pastor, en la tercera ella se aleja, dejando tendida la sabana blanca. La localización de la escena, el regato de Tenebrón.

Finalmente, el tríptico de La mora encantada fue expuesto en septiembre de 2018 en sala de La Salina, Salamanca, y en Octubre de 2018 en el museo etnográfico de Castilla y León, Zamora.

Espero que algún día san Pedro me abra las puertas de Las edades de Moncho, en la parroquia de Calvarrasa de Arriba, un auténtico festín de arte y artistas de primer nivel, comisariado por Moncho Campos. Proyecto que se consolida año tras año, siendo hoy una de las citas ya obligadas en el calendario artístico salmantino.

Feliz Día del Libro.

El Blog de Pablo de la Peña, aquí.

 

 


 

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