El Sistema de Salud de Castilla y León considera que la mejor manera de avanzar en materia sanitaria es apostar por la investigación.
Por eso, apoya las actividades de estudio que se realizan desde las universidades de la Comunidad y que están relacionadas con la salud pública. Todo ello dentro del proyecto del ‘Plan estratégico de subvenciones 2021-2023’ de la Consejería de Sanidad.
En esta ocasión, el Gobierno autonómico ha concedido a la Universidad de Valladolid (UVA) una subvención de 55.000 euros que se utilizará para colaborar con la financiación de las actividades, estudios e investigaciones que desarrolla relacionadas con la farmacovigilancia.
Por otro lado, se van a destinar los 80.000 euros restantes a la Universidad de Salamanca (USAL), con el objetivo de colaborar con la financiación de los estudios e investigaciones en el ámbito de la salud pública que realiza esta entidad. En concreto, sobre la determinación de parámetros radiactivos en muestras de agua de consumo humano.
El Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero, establece los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, incluyendo los límites de presencia de radiactividad admisibles en ella, por encima de los cuales se aconseja la adopción de medidas sanitarias. Y es en base a este texto legal sobre lo que versa el trabajo de la USAL.
La Universidad colabora con el Consejo de Seguridad Nuclear en varios programas de vigilancia ambiental y participa activamente en proyectos a escala mundial en este ámbito. Dentro de los estudios de la materia objeto del acuerdo de hoy analiza en torno a un centenar de muestras de agua de consumo dentro del ‘Laboratorio de radiaciones ionizantes’ de su departamento de Física Fundamental; utilizando para ello la línea de investigación de la espectrometría gamma.
Esta labor del centro salmantino permite obtener información y caracterizar el agua de las captaciones para poder evaluar el riesgo sanitario que presenta y, en caso necesario, tomar medidas para corregir los abastecimientos que lo requieran. Además, facilita la optimización de la gestión de los mismos, estableciendo valores de cribado de radiactividad. Y, por lo tanto, estos estudios garantizan la protección de la salud de todos los consumidores.