[dropcap]H[/dropcap]ace apenas unas semanas se acabaron las obras de la placita situada entre las calles Velázquez y Toledo. Nos prometieron “dar vida” a este espacio con árboles, fuente, farolas, jardín vertical y nuevos alcorques.
La obra fue pagada por la Junta de Castilla y León, 43.000 euros, con la Agenda 2030 como telón de fondo, cuyo fin es lograr un “desarrollo sostenible y promover la igualdad entre las personas”. Ignoramos qué tiene que ver el desarrollo sostenible y la igualdad con la reurbanización de un espacio urbano no degradado.
El resultado no puede ser más desalentador. Los alcorques un desastre ya que no han dejado el mínimo espacio a los árboles, en realidad no existen pues los troncos salen directamente entre el pavimento. Y eso no es lo peor; durante la obra se acondicionó la base del pavimento hasta el mismo tronco dañando las raíces. Esperemos que no se sequen. El jardín vertical de bambú se ha secado antes de los primeros calores del año. La fuente, aparte de su fealdad, está sucia.
Todo un ejemplo paradigmático de lo que no debe hacerse, con fuente incluida. Y es que las fuentes consumen agua y energía, lo contrario de lo que se propone en la Agenda 2030.
No entendemos porqué la Junta tiene que reurbanizar una calle y quitarle vida a los árboles, en vez de dársela a esta placita que, por otra parte, no estaba mal, más allá de estar un poco sucia.
Por: Chema Lorenzo.