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La remodelación de la ronda Este

JESÚS MÁLAGA: ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor’ (Memorias de un alcalde)
carretera de ledesma
La carretera de Ledesma.

[dropcap]D[/dropcap]urante las obras de la Ronda Este se encontraron restos arqueológicos del antiguo colegio de carmelitas calzados. Permanecían intactos debajo de la carretera de Villacastín a Vigo, trazada a través de Salamanca. Una vez estudiados y datados quedaron nuevamente tapados y protegidos por un lecho de arena. El proyecto de la Ronda Este fue realizado por ingenieros del Ministerio de Obras Públicas y se aprobó a finales de 1982 recogiendo las sugerencias de la Corporación municipal. A finales de julio de ese año se dio la orden de contratación con una inversión de 250 millones de pesetas.

A mediados del 82 firmé con el ministro de Obras Públicas un convenio para urbanizar las carreteras de Aldealengua, Ledesma, La Fregeneda y la Ronda entre Puentes, último tramo de la carretera de circunvalación que nos quedaba sin arreglar y que debía tener un tratamiento especial por cruzar el protegido casco antiguo. En el convenio el Ayuntamiento se comprometió a redactar los proyectos, aportar la dirección de obras y correr con los gastos de construcción de las nuevas aceras. Estábamos hablando de largos recorridos urbanos.

El ministro con el que firmé estas inversiones, Luis Ortiz, era una persona moderada del Gobierno de UCD. En todo momento se mostró receptivo a cuantas peticiones le formulé. En febrero de 1982 fui a verle acompañado del diputado nacional por Salamanca, también de UCD, Jesús Esperabé de Arteaga. Esperabé había destacado al final del franquismo por ser uno de los políticos más valientes a la hora de criticar la dictadura franquista desde dentro. Era temido y respetado, y mantuvo conmigo una exquisita relación de colaboración que creo debe quedar reflejado para la historia de Salamanca. Cuando tuve algún problema con algún ministro o alto cargo, cuando no querían recibirme tal o cual personalidad de la que dependía un logro para Salamanca, llamaba a Esperabé e inmediatamente se ponía a mi disposición. Más de una vez me acompañó a ver a algún ministro, y colándose en el despacho me presentaba como su alcalde, del PSOE, pero su alcalde, y pedía que se me atendiera con prontitud a cuanto solicitara.

En el convenio que firmé con Luis Ortiz iba incluido el tramo urbano de la carretera de Ledesma, desde su arranque en la plaza del Ejército hasta el final de Pizarrales. Era un recorrido que conocía con los ojos cerrados. Viví en la carretera Ledesma con mis padres y hermanos, enfrente del cine Vitoria, y en la calle Ónice, en los Bloques de Nícar, ya casado, con María José y mis dos primeros hijos. También, al estar vinculado a la parroquia de Pizarrales desde los 18 años, la carretera de Ledesma me era familiar. Por todas estas circunstancias me había puesto hasta las rodillas de barro recorriendo la dichosa vía que vertebra Pizarrales. Lo mismo podemos decir del Paseo del Rollo, donde vivió María José y en el que había pelado la pava en los largos años de noviazgo. Ortiz se propuso dar un impulso al proyecto de la Ronda Exterior y a la navegabilidad del Duero, desde Vega Terrón, construyendo el muelle de La Fregeneda.

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