Opinión

Trincas

[dropcap]R[/dropcap]ecientemente se han visto algunos movimientos militares amenazantes por parte de Rusia y China. Moscú acumuló tropas a lo largo de la frontera con Ucrania. Simultáneamente, China comenzó a realizar ejercicios de asalto anfibio e incursiones aéreas en la llamada zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.

Rusia robustece con la venta de su armamento las capacidades de defensa aérea y submarina de China; así Pekín pretende contraponer su presencia en el Indo-Pacífico. Rusia y China han estado realizando ejercicios militares conjuntos justamente allí.

Ante un potencial aumento de la coordinación chino-rusa, que se adorna con los planes de fabricar en China la vacuna rusa, Washington desagua sus alianzas en una contención que salpica. Para eso deberá fortalecer su apoyo a la Iniciativa de los Tres Mares (I3M), la cual es una plataforma de colaboración entre doce países de Europa Central y Oriental que se encuentran entre tres mares: Báltico, Negro y Adriático. Esta Alianza, inexorablemente liderada por Polonia, tiene como objeto alejar de la región la influencia rusa que circula a través del gas.

Estados Unidos intenta sofocar a Rusia con Europa Oriental y debe aprovechar la favorable brisa occidental para soplar a Pekín; la Unión Europea ofrece una suspensión de la ratificación del acuerdo comercial con China y espera iniciar conversaciones con la India, al mismo tiempo que Francia y Reino Unido envían al mar de la China Meridional un submarino nuclear y un portaaviones, respectivamente. Alemania se sitúa en otro plano de esta historia.

La clave estadounidense se vuelve triple en cada terreno: con el manto de la OTAN la contención de Rusia se juega por medio de los tres mares mencionados y con tres bloques; los vecinos rencorosos, el renovado Imperio otomano y las potencias de Europa Occidental.

Con las diferencias de tensión propias de un contexto diverso en el tipo y grado de expansionismo, en el Indo-Pacífico también parece configurarse una envoltura trina: a un ASEAN menos reactivo, pero consciente de hasta donde debe depender, se le superpone el QUAD y luego la UE. Este escenario se estructura en el mar de la China Oriental, en el mar de la China Meridional y quizá también en el mar Arábigo, en donde cayeron los restos del cohete chino Long March 5B y se vuelca la ambición de Pekín a través de Pakistán.

Otra forma de verlo es que el Océano Índico y el Océano Pacifico estrangulan el mar de la China Meridional, núcleo de las pretensiones chinas. Moscú, en cambio, se topa con otra cortina más cercana. El Ártico y el encuentro terrestre en el corazón de Asia son las lógicas válvulas de escape.

Rusia y China tienen que calibrar su flujo alternando con astucia el buceo y el chapoteo, incluso entre ellos.

Estados Unidos, por su parte, deberá aprovechar el doble Trimarium para trocear y empapelar a sus rivales, pero dejándoles varios respiraderos: desde los tres mares se navega hacia el naufragio de un eventual mundo de tres superpotencias.

Augusto Manzanal Ciancaglini

                                                                                                               Politólogo

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Te recomendamos

Buscar
Servicios