Un nacimiento y 150 años de historia que recuerdan a Unamuno

La Casa Museo de Unamuno abrió sus puertas para que los salmantinos pudieran ver, sentir y admirar al Unamuno más cercano a través de sus utensilios cotidianos

Miguel de Unamuno nació hace 150 años y la mejor manera de celebrar una efemérides tan importante es recordando su paso por nuestra ciudad. Y qué mejor manera de comenzar que yendo a su casa para ver como vivía y cuáles eran sus objetos cotidianos, los que él tocó, mimó y cuidó durante el tiempo que estuvo en la casona del siglo XVIII donde hoy se asienta su Casa Museo.

Vivía pared con pared con el edificio histórico de la Universidad de la que fue rector en 1900 a 1914, pero llevaba paseando y transitando por sus calles desde 1891, al obtener la plaza de catedrático de Griego.

En la Casa Rectorial, Unamuno tenía la posibilidad de recibir a sus visitas en el Salón Oficial ubicado en la parte baja y vivir en la primera planta, donde hay habitaciones y despachos, donde escribía sus poemas, ensayos y libros. También se encuentra la biblioteca personal del escritor que cuenta con unos 6.000 volúmenes. “A él le gustaba mantener el contacto con sus alumnos, a los que recibía y atendía”, explican las guías que enseñan la Casa Museo.

Debido a la influencia de Unamuno en la ciudad, allá por la década de los cincuenta, se decidió que esta casa pasara a ser el lugar donde se recordara al genial vasco, por ello se convirtió en su museo. De este modo, se puede ver el mobiliario y enseres de la familia, así como la Biblioteca y Archivo personales del escritor.

En la actualidad la Casa-Museo Unamuno cuenta con una zona museística, abierta a los visitantes que contemplan cómo vivía Unamuno y con una zona de investigación, de consulta especializada de sus fondos.