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El cine sin personas

Parte del equipo de “Nomadland” grabando uno de los fragmentos de la película.

[dropcap]Q[/dropcap]uizás el propio título del artículo parezca no tener sentido en un primer vistazo. ¿Cómo puede existir el cine sin personas? Parece imposible que una película llegue a rodarse sin un equipo humano detrás, y así debería ser siempre, pero poco a poco, año a año, el panorama está cambiando y lo que antes parecía imposible, hoy es un quizás.

El cine es un arte joven, que cuenta con “algo más de cien años” y en ese tiempo ha experimentado numerosas etapas, innovaciones, se ha reinventado y ha sabido ser casa de infinidad de historias y generaciones que han vivido de, por y para ello. A día de hoy además es una industria increíblemente amplia y que está sabiendo fragmentarse según las culturas y países emergentes en esta disciplina, abandonando la predominancia americana y europea. También la irrupción de las plataformas ha sido un punto de inflexión, bueno y malo, como ya dediqué en dos artículos en el pasado.

Sin embargo, junto a las innovaciones siempre llegan debates entre aquellos que reniegan de ellas y aquellos que las impulsan. Así fue hace no mucho con el cambio del cine analógico hacia el digital, que incluso a día de hoy sigue existiendo. Y es cierto que la era digital ha facilitado, abaratado y universalizado las posibilidades de crear una pieza audiovisual. El ‘problema’ (o no) es que esta evolución no cesa y con cada nueva producción que vemos en el cine la fina línea entre realidad y recreación digital se vuelve más difusa para el ojo humano.

De esta manera, temo que en no muchos años, lo digital le quite el puesto a lo humano de manera que para filmar un espacio lo único que haga falta es vectorizar dicho lugar y todo el trabajo pase a las salas de ordenador. Parece imposible pero no es descabellado, partiendo de la base de que como en todo negocio, desgraciadamente lo que más influye es el coste de producción, y esto serían solo ventajas. Una película sin casi sueldos, el sueño de muchas productoras.

Estamos hablando del equipo técnico. No habría directores/as de fotografía porque su luz no haría falta, y por lo tanto tampoco todo el equipo humano de fotografía e iluminación. No habría sonidistas, ya que sus oídos no harían falta. No habría attrezistas, departamento de arte ni maquillaje o vestuario, ya que no tendrían que recrear nada.

Hablamos también de otros negocios. Casas de attrezzo, de vehículos, de figuración, de carpinteros o de maquinistas. Casas de alquiler de equipo, empresas de producción. Todo ello se convertiría poco a poco en anécdotas y fotografías de tiempos pasados.

Y estamos hablando del equipo de reparto. No harían falta actores y/o actrices ya que todo serían modelos digitales y por tanto los silencios no serían orgánicos (en el sentido más fiel a la palabra) y pasaría simplemente a ser la ausencia de sonido. No habría lágrimas reales y por supuesto tampoco risas. Manhattan no sería Manhattan y el viejo oeste sería polvo pixelado. Los créditos pasarían a ser escasos.

El cine, como cualquier arte, no es arte sin personas. A su vez las personas no somos nosotros sin el arte, y desde luego darnos cuenta del error demasiado tarde sería terrible. Quizás me equivoque, y además faltaría mucho, o quizás no tanto.

Sin embargo está bien poner los pies en la tierra de vez en cuando, y si los ponemos en el cine mejor.

 

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