El ERE que CaixaBank ha planteado (8.291 personas en total), afecta en la provincia de Salamanca al 25% de la plantilla. Parte de los trabajadores protagonizaron un paro de una hora que sirvió para organizar una concentración ante la oficina principal e la entidad en la calle Zamora.
Los sindicatos dicen que les ofrecen «unas condiciones miserables, sin voluntariedad y, además, modificando a la baja las condiciones laborales».
Aseguran que con la excusa de la fusión, «han aprovechado la ocasión para hacer unos recortes de plantilla exagerados, que no se corresponden con la prestación de un servicio de calidad para los clientes, ni con la carga de trabajo que deberá acometer la plantilla que se queda, sino que obedece más bien a un cálculo de rentabilidades y costes».
Por ello, rechazan los despidos forzosos, las medidas traumáticas y el recorte de las condiciones laborales que pretende la dirección. Afirman que lo que hay hoy en día sobre la mesa «es inabarcable e inaceptable y no corresponde el con esfuerzo de la plantilla, que ha dado como resultado los miles de millones de beneficios».
Los sindicatos piden que la inclusión en el Ere sea voluntaria «y no la puñalada que la dirección pretende dar a la plantilla, con una propuesta que supone un recorte de derechos y prestaciones a la altura del mayor atropello laboral que ha visto el sector financiero de nuestro país».