[dropcap]H[/dropcap]abitualmente, tenemos la concepción de la vida como algo lineal y ascendente. De manera generalizada, creemos en una idea idealizada de “estar bien”, como si esa sensación de bienestar y alegría fuese a permanecer de una manera estable en el tiempo.
Parece que no le damos la relevancia que merecen a lo que no nos salió bien, a los tropiezos, a los errores. El proceso de aprendizaje de cualquier aspecto requiere de un continuo ensayo-error, es decir, es a través de los errores de lo que creamos nuestras alternativas para el desarrollo de cualquier cosa, disciplina o tarea.
Piensa por un segundo cuántas veces te han dicho que no en la vida: no escojas ese camino, esa decisión no es la adecuada, ese tipo de vida no sirve, ese trabajo no te va a aportar lo que necesitas…muchas, ¿verdad?
Hacerse cargo del propio deseo no es tarea fácil, pero es el único camino hacia la coherencia y tranquilidad con uno mismo. Ese camino, ineludiblemente conlleva errores. Normalmente, nuestro entorno busca la opción más estable, ¿pero, y la que quieres tú?
¿Te has parado a pensar cuántas cosas haces por lo que se espera de ti, o por lo que lo demás, entorno, familia o sociedad, desea que realices? En demasiadas ocasiones, nos vemos embarcados en bucles de frustración cuyo origen es estar cumpliendo un deseo que no es el nuestro. Desde la manera de vestir, como la elección laboral.
Recuerdo cuando decidí estudiar psicología, la cantidad de comentarios que recibí acerca de que “no tenía ninguna salida”. Tras terminar la carrera, que por qué no elegía ser funcionaria, y después, muchísimas personas que me aconsejaron acerca de la idea de que abrir una consulta era una locura…Todos esos comentarios ¿de quién hablan? Las personas toleramos ciertamente mal la incertidumbre, pero sin incertidumbre, pocas cosas se consiguen.
Si miras hacia atrás, seguramente tengas una colección de noes a las espaldas…¿les hiciste caso?
En numerosas ocasiones, uno de los orígenes de sintomatología ansioso-depresiva es llevar tiempo cumpliendo las expectativas de los demás y haciendo caso a esos “noes”. En un proceso terapéutico se analizan estos aspectos, para así, en la medida de lo posible, deshacernos de algunas cadenas, como las expectativas conscientes e inconscientes que pesan en nuestros hombros.
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