La pasada visita oficial del ministro José Luis Ábalos a León ha acabado siendo noticia de alcance nacional por el chusco comportamiento del guardaespaldas-asesor que habitualmente le acompaña, un tal Koldo García Izaguirre, personaje de muy dudosa catadura y modales incompatibles con la normal convivencia democrática.
Explico lo de guardaespaldas-asesor. García Izaguirre prestaba servicios propios de lo primero cuando Ábalos era simplemente Secretario de Organización del PSOE, hasta que a raíz de asumir la cartera de Transportes fue designado asesor del ministro y, no solo eso, también consejero de la empresa pública RENFE Mercancías. Pero en la práctica -y basta analizar las imágenes de sus movimientos durante la visita de Ábalos a León- sigue ejerciendo de guardaespaldas, eso sí, con derecho a amedrantar a cualquiera que ose contrariar a su jefe.
Y eso es lo que hizo Koldo, un personaje con un expediente judicial que incluye una condena por un delito de lesiones y otra por participar en un altercado público, el pasado viernes en León, donde se permitió recriminar al alcalde, el socialista José Antonio Díez, solo porque el edil se había mostrado reivindicativo con el ministro. “A un ministro no se le apunta con el dedo”, espetó Koldo a Díez en tono destemplado y amenazante, recordándole además que Ábalos es el secretario de Organización del PSOE.
El alcalde había intentado, vía Delegación del Gobierno, que el programa de la visita incluyera una recepción en la casa consistorial, sugerencia que no fue atendida. Después, en el acto celebrado junto a la muralla, Díez le recordó al ministro los compromisos con la ciudad de León pendientes de atender por Fomento, algo que no fue del agrado del guardaespaldas-asesor, que, concluido el acto, buscó al alcalde para reprochárselo con el estilo propio del macarra que lleva dentro.
El incidente podía haber quedado ahí, pero ha destapado el mar de fondo que existe en el seno del PSOE leonés. Ha desvelado que el alcalde, a la sazón secretario de la Agrupación Local del partido en la capital -la más numerosa de toda la comunidad autónoma-, no se habla con el secretario provincial del PSOE y diputado del Congreso, Javier Alfonso Cendón. “Nadie del partido se ha dirigido a mí después de lo ocurrido”, ha manifestado Díez.
A pesar de no hablar con el alcalde, el secretario provincial ha puesto en duda su versión, asumiendo por el contrario otra que le ha llevado a afirmar que “eso no ocurrió así”. Y esto no lo ha pasado por alto Díez, que acusa a Cendón de “torpedear la gestión municipal y ningunear al alcalde”.
El alcalde no duda en relacionar este desencuentro con su propio partido con la moción leonesista que impulsó en su día en el ayuntamiento de la capital, iniciativa no compartida por el secretario provincial del PSOE y mucho menos por el autonómico, Luis Tudanca, quien se ha puesto convenientemente de perfil, no dándose por enterado del incidente ocurrido durante la visita de Ábalos.