Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, presentó este martes en el Consejo de Ministros, en primera lectura, el borrador de anteproyecto de Ley Orgánica de Formación Profesional, una norma con la que el Gobierno busca unificar el sistema de Formación Profesional y conectará el ámbito formativo con el empleo
Servimedia / ICAL. Durante su comparecencia, Celaá subrayó que el texto consolida “una oferta formativa única, acreditable y flexible” dirigida, por primera vez, a estudiantes y trabajadores, tanto empleados como desempleados, y que toda la FP pasa a ser dual, con más implicación de las empresas también en la evaluación de los alumnos, aunque el peso final lo tendrá el centro formativo. “Modernizará el sistema, es un cambio radical, no es un barniz”, dijo.
El texto propone un sistema gradual y acumulable, que abarca desde microformaciones hasta cursos de especialización, con el objetivo de promover una formación de “primer nivel” que dé respuestas al mercado laboral y a «las expectativas de cualificación de las personas a lo largo de su vida», añadió.
Celaá subrayó que trabaja en este texto “desde hace tres años” y “en diálogo permanente” con interlocutores sociales y entidades que trabajan en el “ecosistema” de la FP, para atajar los “problemas estructurales” que vive esta formación en España “desde hace décadas”, entre los que indicó el desequilibrio entre el nivel de formación y las necesidades del mercado de técnicos de grado medio, la formación de los profesionales y la baja matriculación de alumnos en FP con respecto a otros países.
Subsistemas
El texto, que ahora entra en consulta pública y tendrá que volver al Consejo de Ministros para iniciar su trámite parlamentario a finales de año, según el calendario que maneja el Gobierno, rompe con los “subsistemas” vigentes hasta ahora de formación para jóvenes y trabajadores y se crea un único sistema de formación a lo largo de la vida “para cualquier ciudadano” y distintos grados (desde el A, con la acreditación parcial de competencias, hasta el E, con títulos de especialista y máster). Todo ello, concluyó la ministra, estará “siempre bajo la batuta de las comunidades autónomas”.
El proyecto también contempla la acreditación de competencias profesionales adquiridas por experiencia profesional y vías no formales de tres millones de trabajadores en los próximos cuatro años. En este punto, Celaá reconoció que este año se acreditarán esas habilidades a casi medio millón de trabajadores.
Un registro facilitará a cualquier persona tener un documento que acredite toda su formación y la futura norma también establece un nuevo cuerpo docente de profesores especialistas, profesores sin titulación superior como soldadores o peluqueros que dominan una profesión sin haber acudido a la universidad.
Finalmente, la ministra se refirió a que todos los alumnos de FP conocerán “al menos” una lengua extranjera, lo que le dará facilidades para la internacionalización y movilidad laboral.