[dropcap]M[/dropcap]ercedes Milá es una de las periodistas más reconocidas y reconocibles de nuestro panorama televisivo. Gusta y disgusta por igual. Ha cumplido 70 años, pero ella sigue dando guerra y poniéndose delante de las cámaras para denunciar todo aquello en lo que cree.
Hace unos días felicitaba a su sobrina y ahijada Ana por su 30 cumpleaños, como solo ella puede hacerlo. «Nació un 14 de Mayo hace hoy 30 años. Entonces yo ya era supersticiosa y le pedí a su madre, mi hermana Reyes, que cerrara las piernas y apretara fuerte para no dejarla salir hasta que diera la 1 de la madrugada. Lo conseguimos». Mercedes Milá en estado puro.
Mercedes Milá define a su primera sobrina, Ana Enrich Milá, como una chica especial. «Extremadamente cariñosa, rápida como un mirlo, inteligente, mandona, muy trabajadora, enamoradiza, curiosa y constante, generosa y morru fi: una princesita (o no, ¿resto de sobrinos?)».
Lo cierto es que su sobrina Ana ha seguido, de alguna manera, los pasos de su tía, porque no duda en ponerse delante de la cámara del móvil y hacer entrevistas o mostrar al mundo lo que tiene que aportar.
Hace unos años, la propia Ana Enrich Milá escribía que quería ser emprendedora. La joven que ahora tiene 30 años ha estudiado Ciencias Políticas y habla inglés, francés, portugués, catalán y castellano. Ha vivido en el extranjero y su formación es elevada. Decía entonces que como muchísimos jóvenes en España.
Se hizo emprendedora porque había un desempleo juvenil superior al 50%. «Soy una ciudadana que ha tenido oportunidades de acceso a la educación y ahora tengo que enfrentarme a un mercado “vacío” y, como tantos otros jóvenes, tranquilidad no es lo que sentimos», escribía en 2013.
Ahora, colabora con su tía Mercedes en Scott y Milá, forma parte de una librería, también se interesa por los bordados artesanos y forma parte de la Period Spain, ONG Global liderada por jóvenes para acabar con la pobreza y el estigma menstrual, entre otras muchas de las inquietudes que puede tener una joven de 30 años.