Uno de los tesoros arquitectónicos de la capital salmantina está ubicado en el número 6 de la céntrica calle Bordadores.
Sí, se trata de un inmueble con encanto y muchos secretos: la Casa de las Muertes, propiedad de cinco hermanos, la saga de los Blanco Cobaleda. Su construcción fue un encargo del arzobispo Alfonso de Fonseca que ejecutó y diseñó el arquitecto Juan de Álava a principios del siglo XVI.
Destaca por su facha plateresca que esconde grandes significados que aun generan dudas entre leyenda popular e historia. La fachada contempla un medallón central donde puede verse un busto con la leyenda dedicada a Alfonso de Fonseca, acompañado de una inscripción donde se puede leer palabras textuales: “Severísimo Fonseca Patriarcha Alexandrino», lo que quiere decir “el serenísimo Fonseca patriarca Alejandrino”, que afirma la idea de dicha vivienda por Fonseca.
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Aunque es uno de los edificios menos conocidos y de los que menos se habla, es otro de los grandes rincones monumentales que contiene la ciudad de salamanca tanto para interés cultural local como extranjero.
Aunque lo más comentado sea su exterior, el interior hasta ahora era desconocido por los salmantinos. Más allá de las leyendas que rodean esta casa señorial, su interior es un verdadero palacete con más de 582 metros construidos, distribuidos en tres plantas principales, más una bajo cubierta.
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