El Garbanzo Pedrosillano entra en una fase decisiva para su rendimiento final y las condiciones meteorológicas no están ayudando mucho.
La enfermedad de la rabia amenaza mucho a cada una de sus plantas y la preocupación se ha instalado entre los agricultores de Salamanca.
Así lo confirma el director técnico de Legumbres de Calidad, Nicolás Armenteros, quien asegura que de momento “el agua es útil para el desarrollo de los garbanzos, pero mucha cantidad tampoco es positiva. Hemos pasado días delicados con zonas donde incluso han caído de 15 a 30 litros y eso es peligroso”, reconoce.
Asimismo, preocupa la enfermedad de la rabia por la humedad que pueda tener el cultivo y por el nivel de las temperaturas. “Este hongo se desarrolla mucho más rápido con temperaturas entre 18 y 22-23 grados, que es lo que hemos pasado y tendremos en próximas jornadas y por eso es preocupante”, indica.
Por el contrario, con temperaturas más elevadas, esta enfermedad se corta de raíz. “Con nivel es de temperatura de 24-25 grados en adelante, más o menos, la rabia no prolifera entre este cultivo y se frena, pero nos quedan días malos. Hay un problema, y es que no es la primera vez que la rabia termina con una cosecha porque se extiende muy rápido y es muy complicada de controlar”, concluye Nicolás Armenteros.