El Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León plantea la prestación de servicios de calidad, las soluciones autóctonas sobre recursos endógenos y la digitalización como grandes medidas para luchar contra la despoblación. Además, recomienda dirigir la dinamización demográfica hacia los inmigrantes, elevar la capacidad de empleo de las mujeres y evitar al “fuga” de jóvenes
ICAL. En su informe ‘Situación económica y social’ de 2020, consultado por Ical, el Consejo considera que la despoblación es un reto que exige el dialogo y el consenso de todas las partes implicadas para crear un entorno social y económico “seguro” para la transición demográfica, que combine medidas paliativas y medidas transformadoras e innovadoras en los planos económico y social.
De esta forma, el CES ve necesario incrementar los esfuerzos para que en el medio rural se alcance una prestación de servicios de calidad, la cobertura de servicios financieros y bancarios, el fomento del empleo y la inversión especialmente en actividades agrícolas ganaderas y en la industria agroalimentaria, con el objetivo de lograr la cohesión territorial. Además, para que el entorno rural sea “atrayente”, pide políticas de anclaje y retención del talento para evitar que los jóvenes se marchen a las ciudades e incrementar las posibilidades de trabajo de las mujeres y reconocer sus competencias.
Por otra parte, el Consejo considera que Castilla y León debe enfocar sus políticas de dinamización geográfica hacia los migrantes. “Castilla y León siempre ha sido una tierra solidaria pero ahora debe convertirse en una tierra de acogida”, afirma. También ve necesario el “apoyo y ayuda” para facilitar el retorno a la Comunidad de aquellas personas que han tenido que marcharse y puedan hacerlo, con las condiciones adecuada.
Además, manifiesta que se deben impulsar soluciones autóctonas en base a caracteres endógenos, adaptar la oferta educativa a las necesidades del tejido empresarial y promocionar el emprendimiento a escala local, en parte con empresas del ámbito de la economía social. Entre los proyectos a impulsar, hace hincapié en los que supongan un mayor valor añadido, como los vinculados -plantea- al sector agrario y forestal o el turismo rural.
Al respecto, el CES estima que para mitigar las desigualdades entre territorios sería necesario fomentar una más rápida digitalización de zonas rurales con mayores oportunidades de desarrollo, como polos de atracción para empresas y potenciales personas trabajadoras.
Otra oportunidad, expone el CES, es la estrategia de “compactar y conectar,” que a su juicio consiste en la “agrupación y reducción” del número de municipios, con el objetivo de aprovechar las posibilidades de todas las localidades en torno a un núcleo central “con capacidad tractora” y de retención de la población joven. Todo ello, explica, debe coordinarse con proyectos con fondos estructurales para el desarrollo local y la provisión de servicios en zonas rurales, en base a una política planificada entre administraciones y evaluación de su eficiencia.