[dropcap]E[/dropcap]n algunos casos, para completar la atención de los pacientes tengo que solicitar pruebas complementarias o consultar a un médico del hospital. En estos casos los pacientes suelen preguntarme por el tiempo que tardarán en obtener atención y no siempre sé contestarles.
En el hospital hay servicios que atienden con fluidez a los pacientes que se les deriva, en unos casos muy rápidamente, pero generalmente en plazos de tiempos adecuados y relacionados con la premura que la patología del paciente requiere. Era el caso de neurología y ahora lo es de la U.C.A.I. o de otorrinolaringología.
En otros casos, las listas de espera tienden a infinito, años, y no exagero, para una consulta en oftalmología o la realización de una resonancia magnética. Meses para una simple radiografía de columna cervical y estos son sólo unos ejemplos. Estas larguísimas listas de espera, además de incrementar el sufrimiento de los enfermos, producen importantes pérdidas de jornadas laborales y, por tanto, pérdidas económicas a trabajadores y empresas.
Esta realidad parece aceptarse como algo inevitable o al menos sólo ligeramente mejorable, pero está llevando el sistema sanitario al colapso y provocando que los ciudadanos con recursos económicos contraten seguros privados para solventar los defectos de atención del sistema público. No quiero dejar de plantear públicamente, una vez más, si estos retrasos no responden a una estrategia planificada para convertir el servicio de salud en el negocio de la salud. Los “neocon” no se cansan de decir a través de todos los medios a su disposición, y no son pocos, que en la crisis ellos ven oportunidades… de negocio.
[pull_quote_left]No quiero dejar de plantear públicamente, una vez más, si estos retrasos no responden a una estrategia planificada para convertir el servicio de salud en el negocio de la salud. Los “neocon” no se cansan de decir a través de todos los medios a su disposición, y no son pocos, que en la crisis ellos ven oportunidades… de negocio.[/pull_quote_left]Tan difícil es que en cada servicio haya médicos que lean todas las peticiones de consulta realizadas por otros servicios del Hospital o desde Atención Primaria, que por supuesto estarán adecuadamente cumplimentados con toda la información necesaria. Que una vez leídos y valorados se priorice su atención de acuerdo a criterios profesionales y no otros para realizar la atención en tiempo adecuado. Se puede organizar de forma que los médicos de cabecera puedan realizar la cita a sus pacientes en los distintos servicios. Sí, no han leído mal. Lo que propongo es que los médicos de cabecera tengan capacidad real para citar a sus pacientes. ¿Piensan que saturarán el sistema? Creo que no, pero se pueden realizar auditorías sobre esas citas y sobre los tiempos de atención del hospital para cuidar de que todo funcione adecuadamente. ¿Y el profesional o servicio que no trabaje adecuadamente y, por ejemplo, sobrecargue con citas mal indicadas? Pues aplíquense medidas correctoras, como en cualquier otra empresa.
Vamos a ello, manos a la obra.
Emilio Ramos Delgado.
Asociación para la Defensa de la Sanidad pública de Salamanca
1 comentario en «Manos a la obra»
Claro… Lo dice un «medico» que no ve a sus pacientes, que tiene miles de quejas. Que cada vez tiene menos pacientes porque se cambian de medico al ver el trato prepotente y casi vejatorio que tiene este «señor»…. Vergüenza le deberia dar de ser» medico» porque para eso… Hay que ser primero buena persona. La dualidad buen medico, medico bueno, la recuerda señor ramos?