Opinión

Los enfermos primero, papeles y reunión después

Imagen de Tumisu en Pixabay

[dropcap]S[/dropcap]e ha deteriorado tanto la relación médico-paciente y la propia asistencia sanitaria que los médicos hemos dejado de ser médicos para convertirnos en proveedores de servicios, y lo malo de todo ello es que no solo es así para la administración sanitaria, que ya es bastante malo en sí mismo, sino que, a fuerza de verlo repetidamente, muchos pacientes también nos consideran así: proveedores de recetas, de bajas laborales, de informes… más que de salud, que es nuestra función primordial.

Dentro de la estructura organizativa sanitaria el área burocrática y de gestión ha tenido un crecimiento desaforadamente espectacular y ha ocupado tantos recursos, espacio y tiempo, que muchos de los gestores administrativos consideran que el propio trabajo burocrático, al que ellos dedican su jornada completa, es preminente también para los médicos, olvidando que la esencia misma de la organización para la que trabajamos todos, ellos y nosotros, es…  tratar al paciente.

Los médicos ya venimos realizando una ingente labor administrativa rellenando papeles por no disponer de auxiliares administrativos para hacerlo, algo absurdamente ineficiente, ya que el tiempo de un médico es más caro que el de un administrativo. Una parte importante de la jornada del médico se emplea en tareas burocráticas prescindibles, de tal forma que pasamos más tiempo sentados delante de un ordenador en el despacho que en las propias habitaciones de los pacientes, y lo mismo sucede en las consultas. Se estima que más del 30% de la jornada se dedica a menesteres burocráticos prescindibles. ¿Se imaginan en una empresa privada o pública un ingeniero haciendo labores de secretaria?

Cuando a eso se suman múltiples reuniones de tipo organizativo, muchas de las cuales no solo no resuelven los problemas por los que supuestamente se convocan, sino que a veces los complican, reuniones que además se repiten como un bucle intemporal con diversos interlocutores para abordar un mismo tema, el disconfort de los profesionales y el sentimiento de pérdida de tiempo es absoluto.

Si en la situación actual, después del sobreesfuerzo originado por el COVID, en los médicos en particular, y en los profesionales sanitarios en general, existe un sentimiento generalizado de agotamiento e incomprensión, no parece el mejor momento para agravar dicho sentimiento con tareas burocráticas y cuestiones ajenas a la propia atención al paciente. El paciente primero, los papeles y reuniones después, cuando se pueda.

Somos humanos, nuestro tiempo es limitado y necesitamos descansar como cualquier otro trabajador. Tensar más la cuerda solo produce un resultado: un aumento importante del número de bajas laborales, que en el sector sanitario ya son de por sí muy altas. ¿Por qué será? Quizás sea porque necesitamos las vacaciones más que nunca. O quizás sea porque nuestra vocación y nuestra formación siempre pusieron al paciente en primer lugar y en cambio la práctica nos empuja en una dirección contraria: los papeles y las reuniones primero.

1 comentario en «Los enfermos primero, papeles y reunión después»

  1. Como trabajador en una empresa privada, del ámbito de ingeniería, le aseguro que le sorprendería el trabajo administrativo que soportamos. Tareas que no aportan ningún valor al producto o al servicio que se ofrece y sólo provocan hastío en los trabajadores. Es el sino de los tiempos, la informatización lejos de traer una simplificación en tareas administrativas ha incrementado la burocracia absurda trayendo una burbuja de certificaciones y procesos estériles.

    Como paciente crónico que soy , le aseguro que la deshumanización de la medicina en la última década avanza a pasos agigantados. Cada vez existen menos profesionales en la integridad del término, con su parte humanista, y por desgracia lo que abunda más son licenciados o graduados que parecen robots siguiendo un protocolo incapaces de tratar a los enfermos como la persona que tienen delante. Además es algo que se nota, independientemente del tiempo que te pueda dedicar, cuando tienes un profesional de verdad o alguien que está ahí para «cumplir». Por no hablar del abuso que se hace tanto del ordenador en consulta como del móvil en el recinto sanitario por parte de no pocos trabajadores. Algunos parecen que en lugar de una mano tienen un móvil. No tienen rubor alguno de sacarlo en los pasillos una y otra vez o incluso delante tuya cuando estas hablando con él. La verdad que al menos a mi me proporciona una imagen pésima, muy poco profesional, además de ser una fuente de bacterias. Y ya no hablemos de personas que suben fotos o videos a sus redes sociales en sus horas de trabajo promoviendo la infantilización y banalización del SNS. Al paso que vamos buena parte de la profesión acabará sustituida por inteligencia artificial, más aún con el intento de implementación de la «telemedicina» que vivimos actualmente.

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