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Mi amistad con Pasqual Maragall

JESÚS MÁLAGA: ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor’ (Memorias de un alcalde)
jordi pujol
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol.

[dropcap]S[/dropcap]iempre que poníamos en marcha alguna urbanización nos pasaba lo mismo. Los que vivían en calles que todavía no habíamos asfaltado se quejaban con razón, pero no podíamos hacer todas las cosas a la vez. Informamos a los manifestantes de las futuras intervenciones en las calles que estaban situadas al lado de la plaza y que todavía se encontraban sin urbanizar, pero los vecinos nos hicieron ir a visitarlas para que viéramos con nuestros ojos los barrizales que tenían que padecer. Los vecinos de la calle Magallanes nos recibieron con una pancarta en la que se podía leer que mientras inaugurábamos una bella plaza, su calle estaba hecha “una caca”.

A partir de aquel día mantuve contactos frecuentes con el alcalde de Barcelona. Recuerdo que siendo él presidente de la Generalitat y yo subdelegado del Gobierno en Salamanca tuve que llamarle para solucionar cierto asunto. Me sorprendió que al decir mi nombre la secretaria me pasara directamente. Había ordenado que siempre que llamara Jesús Málaga le pusieran de inmediato. Poco antes de que se supiera que estaba enfermo de Alzhéimer estuve hablando con Pasqual, de fondo se oían las voces de unos niños, me comentó que estaba llevando a sus nietos a la guardería.

Las relaciones con Jordi Pujol fueron distintas. En su visita oficial a Catilla y León se negó a recibir a los parlamentarios socialistas y me pareció muy feo por su parte. Al llegar a Salamanca yo tampoco quise recibirle. Algún periódico salmantino tituló: “Las puertas cerradas, las luces apagadas”, haciendo alusión al portazo de la Casa Grande. El resto de las instituciones sí que le acogieron. En Cataluña mi actitud fue muy criticada y recibí algunas cartas de protesta por lo que consideraban una actitud contra su comunidad.

Pasqual Maragall nos invitó a las fiestas de la Merced. Estuve en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona como invitados especiales y fui el encargado de recibir al niño del castellet que formaron enfrente del Ayuntamiento. En la cena oficial Pasqual nos sentó en la mesa presidencial con Jordi Pujol. Fue algo violento. El presidente estuvo amable, recordó de pasada su visita a Salamanca e incidió en que no quise recibirlo. Pelillos a la mar, pasamos enseguida a otro asunto.

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