Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 1.531,3 millones de euros durante el primer semestre del año, lo que supone un descenso interanual del 18,4 por ciento debido, fundamentalmente, a la venta en 2020 de la participación en Siemens Gamesa que le supuso un ingreso extraordinario de 485 millones.
Según la información remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el beneficio neto ajustado sin incluir no recurrentes creció, en cambio, un 8,4 por ciento y ascendió a 1.844,4 millones.
Los resultados del periodo se han visto afectados además por la pandemia del Covid-19, cuyo impacto ascendió a 153 millones en el primer semestre del 2020 y a otros 96 millones en 2021. En 2021, la reversión del canon hidroeléctrico en España de los ejercicios 2013 y 2014 suma 245 millones, mientras que los impuestos diferidos en Reino Unido restaron 463 millones.
La compañía indicó que las inversiones brutas crecieron un 37 por ciento y alcanzaron la cifra récord semestral de 4.909 millones, sobre todo por el negocio de redes y de renovables, que supuso el 91 por ciento del total. Entre las inversiones se incluye la compra de Neoenergía Brasilia por 409 millones, y en renovables proyectos con más de 8.500 megavatios (MW) en construcción.
Según la compañía, las inversiones contribuyeron también «a consolidar una estrategia de expansión sin precedentes en actividades y mercados como Europa, América y Asia Pacífico». Por mercados, la mitad se realizó en Estados Unidos (27,1 pro ciento) y España (25,4 por ciento). Las destinadas al área Internacional ganan peso y representan un 17,2 por ciento, mientas que Brasil recibió un 14,5 por ciento y el Reino Unido, un 12 por ciento.
«Estos resultados son el fruto de un esfuerzo inversor sin precedentes», expresó el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. «En un período de gran complejidad, hemos acelerado las inversiones en redes, renovables y almacenamiento, promoviendo la actividad económica y ayudando a crear empleo de calidad en todo el mundo”, subrayó.
Por su parte, el beneficio operativo o Ebitda consolidado aumentó un 10,2 por ciento, hasta los 5.443,6 millones, afectado negativamente en 108 millones por los impacto del Covid en la demanda, el tipo de cambio, que restó 287 millones, y un efecto positivo de 265 millones por el canon hidroeléctrico en España. Sin dichos efectos, el Ebitda aumentó un 9,4 por ciento y el 15 por ciento neutralizando el efecto del Covid.
Por negocios, el Ebitda de redes creció un 10,6 por ciento, hasta los 2.567,9 millones; mientras que en renovables incrementó su Ebitda un 63 por ciento, hasta los 2.005,2 millones; y en Generación y clientes ascendió a 803,3 millones (-40,9 por ciento) impactado por los altos precios en el mercado eléctrico español, el Covid y los efectos de la tormenta Filomena (España) y la ola de frío en Texas (Estados Unidos).
Pese al complejo escenario, Iberdrola su plan inversor permitió superar los 35.600 MW en el semestre, tras poner en marcha en el último año 2.960 nuevos MW verdes, de los que 1.950 MW corresponden a eólica terrestre, 930 MW a solar fotovoltaica y 80 MW, a almacenamiento con baterías.
Iberdrola prevé finalizar el ejercicio con 4.000 megavatios (MW) adicionales en operación y avanza en la construcción de 8.500 MW. Por geografías, 1.700 MW o el equivalente al 20 por ciento se ejecutan en España, como la tercera geografía con mayor potencia renovable en construcción, por detrás de Iberdrola Energía Internacional (2.860 MW) y Estados Unidos (con 2.750 MW). Le siguen Brasil, con 1.050 MW verdes en construcción, y el Reino Unido, con 150 MW; 100 MW de estos en baterías.
Su plan a 2020-2025 es instalar y poner en operación un total de 27.600 MW para alcanzar los 60.000 MW de potencia renovable, de los que en junio ya estaban en construcción cerca de 22.000 MW o con un alto grado de maduración, «lo que constata que el 80 por ciento de la nueva capacidad prevista en ese período está asegurada», según la compañía.
La firma continuó además mejorando su solidez financiera y aumentó su cash flow o flujo de caja operativo un 8%, hasta los 4.246 millones. Además redujo la deuda neta ajustada en más de 500 millones e incrementó la liquidez hasta los 17.600 millones, que cubren 21 meses de necesidades de financiación.
«Los resultados y la solidez financiera del Grupo sustentan la guía de resultados de la compañía para 2021, que mantiene sus expectativas de beneficio y dividendo para el ejercicio», confirmó la empresa. Su previsión es concluir el año con un beneficio neto que se situaría entre los 3.700 y los 3.800 millones de euros y un dividendo con cargo al ejercicio de unos 0,44 euros brutos por acción, a abonar en 2022.
