[dropcap]L[/dropcap]as plazas aledañas a la Plaza Mayor por su lado sur, Corrillo, Quintana y Poeta Iglesias, se encontraban muy degradadas. Se intervino en ellas para construir una calzada continua desde la Plaza Mayor a la Plaza del Mercado y a la calle Juan del Rey. Se trataba de unir 3.462 metros cuadrados, muchos de ellos peatonales, y de reubicar a las distintas paradas de taxis que existían en esos lugares. Realizó la obra, especialmente delicada por los distintos niveles que tuvieron que salvarse, José María Pérez.
La Plaza Julián Sánchez el Charro no era rectangular como lo es hoy. Un edificio sobresalía en las calles Maldonado Ocampo y Echegaray. Indemnizamos con dos millones y medio a los propietarios a los que les permitimos concentrar la edificabilidad en altura dejando la plaza expedita, tal como hoy la contemplamos.
En 1982 reparamos los muros, escaleras y aceras de la Plaza de la Reina. Espacio irregular, más que una plaza es un ensanche de calle, pero ha presentado siempre un interés urbanístico especial. Un año después intervinimos en la Glorieta de la Plaza de Toros, donde se presentaban con frecuencia problemas y accidentes de tráfico por confluir en ella las carreteras de Valladolid, Zamora y Toro.
Se trataba de un cruce peligroso que no estaba solucionado. Mucho más tarde, con motivo de la celebración del primer centenario de la Plaza de Toros de Salamanca, La Glorieta, urbanizamos su plaza y entornos. Fue todo un acontecimiento. Pasó de ser un barrizal y aparcamiento de camiones con algún banco de piedra desvencijado, a tener el aspecto actual, una plaza para el disfrute ciudadano.
