Este martes la salmantina María Teresa Hernández ha entregado los 1500€ recaudados en su reto ‘Yo pongo los pies, tú pones las huellas’ al Comedor de los Pobres. Esta iniciativa nació del desafío de recorrer el camino de Santiago a través de 39 etapas saliendo de Sevilla, cruzando la Vía de la Plata
María Teresa Hernández agradeció a toda la gente que colaboró con su granito de arena, tanto a peregrinos, compañeros, familia, amigos.«El espíritu del peregrino ha funcionado», manifestó.
Describió el viaje como la vida misma. «Es largo y se encuentra de todo. Habrá momentos buenos y también malos, pero conocí gente maravillosa que me ayudó a superar los obstáculos. «Ha compensado todo el esfuerzo», dijo.
La idea surgió después de que María Teresa viese en el telediario a un peregrino que pedía dinero mientras cruzaba el camino en bicicleta para donarlo a Cáritas. «Me pareció una iniciativa excelente y quise hacer lo mismo para el Comedor de los Pobres», explicó.
Los participantes han dispuesto desde el 13 de Mayo al 30 de Junio para colaborar. Paralelamente, María Teresa consumó el camino entre el 16 de mayo cuando abandonó Sevilla y concluyó el 24 de Junio su última etapa.
¿Cómo se han articulado los donativos?
A través de la página web ‘mi granito de arena’. La plataforma se queda con un 4% del dinero. Diariamente actualizaba mi estado y subía fotos con una breve explicación de la nueva etapa del camino. La gente podía ver lo recaudado hasta el momento y me animaba con sus comentarios a seguir la aventura.
¿Cuáles han sido los momentos más emotivos del viaje?
Cuando comencé desde la Giralda de Sevilla y al finalizar, el día que entré en Santiago. Muchos tramos los recorrí sola, pero acabamos formando una pequeña familia de cinco peregrinos.
¿Tienes pensado repetirlo?
El reto lo intentaré, pero el camino dependerá de si Dios y Santiago me dan fuerzas en los pies.
Desde el Comedor de los Pobres comentaron que iniciativas como ésta, ayudan mucho en su labor social. La pandemia les dificulta su tarea y les cuesta llegar a todas las familias. «Estamos en un estancamiento total. Cada día llega gente nueva que necesita ayuda. Económicamente estamos muy mal. Ofrecemos toda nuestra ayuda pero nos ahogamos», lamentaron.
Al terminar el confinamiento las personas se volcaron en solidaridad, todos los días descargaban camiones repletos de comida. «La gente sigue ayudando pero no como al principio. Sin embargo, la necesidad es la misma o incluso más, porque ahora muchos que se habían mantenido con ertes y con el paro,al quedarse sin estas prestaciones ahora acuden a nosotros», concluyeron los responsables del Comedor de los Pobres en Salamanca.
Por: David García – Cervigón Romero de Ávila