[dropcap]D[/dropcap]esde hace tiempo, se venía alertando del declive que presentaba la salud mental a nivel mundial y más específicamente en nuestro país. Un declive que en ocasiones lleva a unos extremos de difícil retorno.
El confinamiento y las situaciones que provocó hizo aún más difícil salir de encrucijadas necesitadas de tratamiento y psicoterapia, al limitarse recursos humanos y técnicos. Acceder a la consulta de un especialista de la sanidad pública, en ocasiones, es misión imposible para muchos, otros no pueden esperar el tiempo y los trámites que conlleva y no cualquiera puede acceder a seguros médicos y profesionales privados, al no disponer de recursos económicos. Siempre he considerado que el dinero invertido en salud y en educación, a mi criterio, es una de las mejores inversiones que se pueden hacer. Precisamente en España, según un estudio presentado en estos días, suspendemos en lo invertido en salud mental, es decir de cada cien euros, se invierte cinco frente a la media europea, que son siete.
También alerta de que cada dos horas y media se suicida una persona en este país y que la mayor causa de fallecimientos en jóvenes de España, entre los 15 y los 29 años, viene dada por suicidios. Indudablemente, son datos para ponerlos en cuarentena, pero para tenerlos muy presentes. Si aún no nos preocupa la salud mental es que realmente el problema es aún mayor de lo reflejado en las estadísticas.
Ya que hablamos de estudios, otro nos dice que muchos de esos jóvenes llegan a consultas de profesionales de la salud mental por problemas derivados de la convivencia en los centros educativos. Es decir, acoso escolar y todo su entramado en la mayoría de las ocasiones, mientras que otros y otras ni siquiera tendrán esa oportunidad y engrosarán una lista sin vuelta atrás.
Clama al cielo que tengan que ser instituciones privadas, nacidas de una experiencia o de ayuda mutua quien lideren iniciativas y campañas, frente a instituciones que en ocasiones viven dando la espalda a temas que causan estragos en esta sociedad ausente hasta que les toca de lleno.
No es agradable hablar de temas tabú, pero es necesario saber a lo que nos enfrentamos muchas veces. No corren buenos tiempos y a la vista está, pero si se puede dar prioridad a lo que es urgente y necesario. No quiero decir con esto, que el resto de las cosas, no lo sea, pero es lamentable, que una Nación en teoría empática y concienciada, se permita suspender en algo tan serio como es la prevención y la salud mental.