Con la esperanza puesta en las vacunas y bajo la premisa de que el COVID-19 será endémico, la Consejería de Sanidad trabaja ya en su plan de choque para reconstruir un sistema “muy tocado”, pero no hundido por la pandemia.
Ical.- Tendrá que hacer frente ahora a otra ola, la de la patología no-Covid. Con prisa y sin pausa, el departamento que dirige Verónica Casado da ya los primeros pasos para reducir al máximo los efectos del coronavirus en las dos patas del sistema, la Atención Primaria y la Hospitalaria, y para reforzarlos.
“Se trata de poner todas las medidas que nos permitan reactivar el sistema y poderlo hacer. Todo lo que es la morbimortalidad evitable imputable al sistema sanitario va a tener un crecimiento, y nuestro objetivo es minimizarlo lo máximo posible”, afirma en ‘Los desayunos de Ical’ la consejera.
En el primer nivel, la hoja de ruta marca recuperar la atención presencial a demanda del paciente, medida que comenzó a finales de mayo, y que convivirá con la atención telefónica, que ha llegado para quedarse para resolver dudas sobre medicamentos, resultados analíticos y otras consultas que no precisen el cara a cara médico-paciente. No es nuevo, pero se quiere reconocer como acto médico o enfermero, de modo que pase a formar parte de las agendas de manera protocolizada.
“Llevamos ya dos meses en los que la atención a la demanda presencial está puesta en marcha, sin quitar la atención telefónica, porque hay personas que prefieren seguir teniendo la atención presencial como núcleo, pero de vez en cuando, para determinadas cosas, viene muy bien la atención telefónica”, indica, para precisar que el paciente del medio rural opta más por la cita presencial que el el urbano, con el 60 por ciento de las consultas en el primer caso, y el 40 por ciento, en el segundo.
Priorizar y abordar la situación
Las medidas para reactivar el sistema son el reflejo del trabajo de los grupos creados para abordar la patología no COVID y la post pandemia, que están integrados por 20 personas de Primaria, tanto médicos como enfermeros, y 26 de Atención Hospitalaria, para compartir y realizar un análisis de la situación actual del sistema sanitario de la mano de los profesionales, priorizar los problemas para abordarlos, y detectar las oportunidades de mejora.
En Atención Primaria también pasan por canalizar la demanda, para lo que se trabaja en el proyecto HADAS, que busca que el persona administrativo esté entrenado para identifique los motivos de consulta, es decir, si se trata de un asunto burocrático o de una consulta específica con enfermería o que debe resolver el médico.
Otra de las propuestas pasa por la gestión compartida de la demanda, especialmente para atención urgente durante la jornada ordinaria, de modo que cada paciente tenga una “unidad de atención a la familia”, constituida por un médico y un enfermero, que sea lo más resolutiva posible, añade.
También se incidirá en la formación para mejorar la calidad de la consulta no presencial, en canalización a la demanda, en gestión compartida de la demanda al personal sanitario y no sanitario, y se redoblarán esfuerzos para identificar problemas no-Covid; mantener actividades preventivas, y definir consultas presenciales/no presenciales para cada tipo de actividad o demanda.
Mejoras organizativas en hospitales
Por lo que respecta a la Atención Hospitalaria, las conclusiones pasan por mejoras organizativas en los hospitales. Por un lado, se trabajará para dimensionar las plantillas tanto en medicina como en enfermería a las nuevas necesidades; adaptar a cartera de servicios; mejorar la estabilidad laboral, al tiempo que se fijarán en todos los centros indicadores de actividad, desempeño y resultados, y la docencia se tendrá en cuenta a la hora de planificar profesionales y horarios.
Ante el déficit de recursos humanos, el plan pasa por crear alianzas estratégicas entre hospitales y servicios; exprimir las nuevas tecnologías (telepresencia, anillo radiológico, telepediatría y teledermatología, entre otras), así como ampliar las plazas de formación especializadas; continuar con el plan de fidelización de profesionales; adecuar los baremos de traslados de profesionales y/o compensación económica, y crear un ‘pool’ de atención entre centros sanitarios.
Adaptarse a las necesidades
El plan de coche incluye la necesidad de definir y actualizar la cartera de servicios a las necesidades de la población; avanzar en la reducción de las listas de espera, aumentar tiempos de consultas y uso de medios diagnósticos, así como expandir la actividad de quirófanos si fuera posible.
También, pasa por aumentar la presencia de enfermería, con alta cualificación, pudiéndose compartir recursos con Atención Primaria si fuera preciso; mejorar sus retribuciones y reforzar su papel en los hospitales con mayor implicación en actividades de prevención y promoción de la salud.