El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de La Fuente de San Esteban exige al equipo de gobierno del PP, encabezado por Manuel Rufino García, “anticipándose y de manera preventiva”, que tome y ponga en marcha las medidas que sean “necesarias y precisas” de cara al próximo mes de septiembre, para evitar y poner solución a los elevados costes, y las molestias a los vecinos, que provoca la plaga de estorninos que cada año por esas fechas invade el municipio y las calles de la localidad.
Desde el PSOE se recuerda que este problema se viene padeciendo “de forma crónica, habitual y cada vez de manera más creciente” desde el año 2015, sin que desde el equipo de gobierno se haya hecho nada para evitarlo o, cuando menos, paliar o atenuar sus efectos.
Esta invasión del casco urbano al comienzo del otoño, y que se mantiene hasta el mes de marzo, tiene como principales asentamientos la Plaza Mayor, Plaza del Mercado y zonas adyacentes como los edificios de la Iglesia, el Consistorio, edificio telefónica, parques y jardines, las piscinas municipales y los edificios con mayor altura en las calles de El Rodeo y Eras de la Fuente, suponiendo, afirman los socialistas, grandes molestias a los vecinos como consecuencia del ruido y, cuantiosos daños y gastos, a los que cada año tienen que hacer frente los vecinos, provocados por los excrementos de estas aves que afectan de forma muy perjudicial tanto a los edificios y el mobiliario urbano como a los elementos urbanísticos y los vehículos entre otras propiedades, y lo que es peor, poniendo en peligro la salud de todos ellos.
La acumulación de excrementos, en especial en techos de edificios y canalones, supone, añaden los socialistas, un grave problema puesto que al ser arrastrados por las lluvias hasta el suelo, sus componentes y elementos en suspensión son inhalados por las personas a través de la respiración, provocando la transmisión de enfermedades y, por tanto, poniendo en riesgo la salud y provocando situaciones peligrosas para la salubridad y la higiene pública. Con la llegada de estas aves, los equipos exteriores de aire acondicionado de los edificios también se convierten en aparatos peligrosos, al ser utilizados por los estorninos para el descanso y el reposo.
La acumulación o saturación de excrementos dañan piezas como sus ventiladores de aire, obstruyen filtros, y pueden convertirse en emisores de partículas tóxicas o aire contaminado que llega al interior de viviendas, bares y oficinas.
Los excrementos de estas aves contienen compuestos químicos como sulfatos, sulfitos, nitratos, ácido úrico y fosfórico capaces de contaminar el aire y de deteriorar y destruir tanto los materiales de construcción como la pintura de fachadas y automóviles.
Desde el grupo socialista se afirma que las plagas o la invasión de este tipo de aves además de transmitir más de medio centenar de enfermedades de origen infeccioso, algunas de ellas mortales, cuantiosos daños provocados por la corrosión de los excrementos, y molestias por el ruido, son portadoras a su vez de parásitos tipo piojos, garrapatas o chinches, y también, han concluido los concejales socialistas, una vía de contaminación de alimentos tantos en crudo como elaborados al ser transmisoras de microorganismos como rickettasias, bacterias, clamidias, hongoso o virus.