Partiendo de la base de que Salamanca no es un destino turístico estival de primer orden, el turismo nacional que visitó Salamanca el pasado mes de julio volvió a niveles parecidos a los que había antes de la pandemia, mientras que el extranjero está por debajo de la mitad de lo que era habitual en un año prepandémico.
Según los datos facilitados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (Ine), la provincia recibió 75.664 viajeros el mes pasado, un 76% más que el año pasado, pero lejos aún de los 101.000 turistas de 2019 y los 102.000 de 2018.
La caída se explica, fundamentalmente, por el descenso de la llegada de visitantes extranjeros, porque el turismo nacional se parece bastante ya al que había antes de la pandemia. De los 75.664 turistas que llegaron el mes pasado, 61.909 eran españoles (entre 4.000 y 5.000 menos que antes de la pandemia) y 13.775 eran extranjeros (20.000 menos que en 2019 y 22.000 menos que julio de 20218).
Las pernoctaciones registradas en julio, por su parte, ascendieron a 116.677, también un 76% más que en 2020, pero muy por debajo de las 164.000 de julio de 2019 y las 173.000 de 2018, según el Ine.
Al igual que ocurrió con los viajeros, este fuerte descenso se debe, sobre todo, a la pérdida del turismo extranjero, con 30.000 pernoctaciones menos que en los años prepandémicos, mientras que las pernoctaciones de los turistas españoles (96.402 el pasado mes de julio) están entre 12.000 y 14.000 menos que en julio de los dos años anteriores a la pandemia.
El aumento del 76% en el número de turistas y pernoctaciones en Salamanca está por encima de la media de Castilla y León, pero muy por debajo de la media nacional, donde el número de turistas ha aumentado un 94% y las pernoctaciones (el negocio) lo han hecho un 125%.