“El abuso de deducir consecuencias. De la tesis del adversario se sacan a la fuerza, mediante falsas deducciones y deformando los conceptos, otras tesis que no están allí contenidas y de hecho no corresponden a la opinión del adversario y que son, en cambio, absurdas o peligrosas. Como parece que de su tesis se deducen tales proposiciones, que están en contradicción entre sí o con verdades generalmente admitidas, esto equivale a una refutación indirecta, apagoge. Es un nuevo uso de la fallacia non acusae ut causae”. (*)
Conjeturas. Nos encantan las conjeturas. No tenemos ni idea acerca de las opciones que surgen detrás de cada decisión previa, pero conjeturamos. Desde el sencillo si hago A sucederá B. Pero no es más que una conjetura. Porque ese futuro siempre esconde incontrolables variables, por cercano que se vaticine, por mucho parecido que presente con situaciones pasadas y supuestamente aprendidas.
Conjeturamos. Y tropezamos constantemente con personas que conjeturan y nos citamos para conjeturar. Y hacemos malabares con los previsibles, los posibles y los probables. Y no tenemos ni idea, aunque a veces, con un buen cubo de azar, nos vemos con el traje del “te lo dije” o el batín del “ya lo sabía yo”. Pero casi siempre fue el azar o la interpretación elevada a la subjetiva potencia.
Porque es muy difícil tener en cuenta todos los contextos, todos los conceptos y todas las tesis posibles. Jugamos a ganar, escondemos nuestras afirmaciones comprometidas, desoímos las partes que nos alejan de nuestro interés. No queremos jugar, queremos ganar.
¿Y qué les decimos a los niños cuando les ataca la rabieta tras perder un juego? ¿Les aplaudimos por su competitividad o razonamos con ellos para que comprendan que nadie puede ganar siempre?
Les decimos que lo importante es participar, y no sé si es siempre cierto, ya que vencer es un estímulo que a buen seguro merece la pena tentar. Pero apostar únicamente cuando la victoria es segura nos permitirá jugar poco y por lo general, con jugadores que no participarán de buen grado al no verse en un reto con igualdad de condiciones.
Digámosles también que no podrán leer el futuro de la misma forma que nosotros no podemos hacerlo. Que valoren todas esas conjeturas, pero que las entiendan como eso, juicios, opiniones, pensamientos que, por lo general, construimos con sospechas, deseos, intenciones, indicios o datos incompletos o supuestos. Algo que, con toda probabilidad, tú has hecho muchas más veces de las que imaginas. Ahora mismo, por ejemplo.
Apagogia: Sacar las cosas de contexto, de llevar algo fuera de un lugar, de apartar algo. Demostración del contrario.
(*) Schopenhauer, A. (2011). El arte de tener razón expuesta en 38 estratagemas. Ed. 11. Editorial EDAF SLU.
