Eran las 2.20 horas de la madrugada del sábado cuando varias detonaciones sobresaltaron a los vecinos del Parque de Garrido.
Algunos pensaron que “eran golpes en la mesa, porque hay dos bares que arman ruido hasta la madrugada”, narraba un vecino que venía de comprar el pan. “Fueron como 10 o 12 golpes”, apostilla.
Otro vecino afirma que fueron entre 8 y 10 “muy seguidos: pa, pa, pa, pa, pa,…” mientras hacía el gesto de apretar un gatillo imaginario.
En el paso de cebra que hay a la altura del número 10-12 de la calle Isaac Peral, en pleno Parque de Garrido esquina con Juan de la Cierva, acechaba el peligro para Belén, una mujer de 53 años, del barrio de toda la vida, y su amigo.
Venían de celebrar el cumpleaños de ella, separada desde hace quince años y madre de un treintañero con una discapacidad grave. Apenas ha trascendido sobre ella que “hacía algunas casas” para obtener ingresos como empleada del hogar. Su acompañante, de 51, casado y con hijos, vivía en Salamanca pero trabajaba como técnico de rayos en el Hospital de Ávila.
No les dio tiempo a ver nada. Apareció un individuo y los tiroteó. El acompañante de Belén cayó muerto junto a la acera, en medio de un charco de sangre. Ella estaba herida de muerte y tenía, al menos, un tiro en la cabeza y otro en la mandíbula.
Pese a todo podía decir “que estoy muy mala, que estoy muy mala, llevadme a algún sitio”. Las asistencias la estabilizaron allí mismo y la llevaron al Hospital Clínico donde se debate entre la vida y la muerte.
“Parecía que era de día”, rememora otro vecino, “por los focos de la Policía buscando cosas”, los casquillos de las balas.
Comenzaba en ese momento la búsqueda del autor de los tiros, que huyó corriendo en dirección a Federico Anaya y, aunque no se descarta ninguna hipótesis, podría ser uno de los hombres con los que la mujer tiroteada habría mantenido alguna relación anterior. E asesino esperó a que llegaran al portal de su casa para mascrarlos.
Otro vecino aprovecha para alertar sobre la situación del barrio, más multicultural que nunca, donde conviven musulmanes, rumanos, balcánicos y latinos con la población autóctona. «Todos los días hay peleas de rumanos gitanos yugoslavos. La mayoría de los colombianos y rumanos tienen armas», comenta.
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Pero qué clase de párrafo es este: “ Otro vecino aprovecha para alertar sobre la situación del barrio, más multicultural que nunca, donde conviven musulmanes, rumanos, balcánicos y latinos con la población autóctona. «Todos los días hay peleas de rumanos gitanos yugoslavos. La mayoría de los colombianos y rumanos tienen armas», comenta.”
Se alerta de la realidad del barrio, camarada.
Tú no vives en Garrido, verdad bonita? Vete a vivir una temporada a las casas de allí del parque Garrido, las que no tienen ascensor. A ver cuánto aguantas. Los progres haciendo apología del multiculti sois lo peor.