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Opinión

Agosto: Cara al Sol

Bancos en el parque del Ispe sin una sombre durante todo el día. Foto. Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.
Bancos en el parque del Ispe sin una sombre durante todo el día. Foto. Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

 

[dropcap]C[/dropcap]ada pocos días el alcalde y su equipo sale a los medios para presumir de los muchos árboles que tenemos en la ciudad, de lo sobrados que estamos, de los muchos que ha plantado y seguirá plantando.

Se conoce que no pisa la calle, que no sufre los rigores del calor de agosto. Que no distingue un árbol de un arbusto, ni un conato de árbol, esos troncos con dos ramas y cuatro hojas que predominan en nuestras calles, muchas expuestas al sol, sin la sombra de edificios ni de la vegetación. Por eso nuestro alcalde dice que tenemos 80.000 árboles, porque cuenta todo, hasta los secos. Dice que han plantado 800, pero no cuenta los que ha talado en la ribera del Tormes, ni las decenas que se han secado por falta de cuidados.

Una imagen del parque del Ispe. Foto. Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

En las fotos, bancos, todos al sol, ni un rato de sombra en todo el día, el 100% de los bancos. Es el «parque del Ispe», cerca del Campus Unamuno y Huerta Otea, donde estaba la fuente de la Cagalona, antiguo manantial que el Ayuntamiento tapó, junto con unos grandes árboles que allí había. El parque del Ispe tiene amplios espacios vacíos, como tantos parques de Salamanca que bien podrían estar ocupados por árboles, pero de los de verdad.

Por: Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca

 

2 comentarios en «Agosto: Cara al Sol»

  1. Lo de este Ayuntamiento no tiene nombre. Hace unos días llegó a afirmar que en la ciudad de Salamanca no tenemos efecto isla térmica. Más que isla, tenemos efecto horno. Los pavimentos de granito, el asfalto, quema, y lo siguen negando. Si huebiera una buena masa de vegetación no pasaba esto. Pero claro, queda más bonito el color de las flores.

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  2. Si solo ocurriera en el parque del Ispe sería una ciudad maravillosa. Lo malo es que esto de tomar el fresco durante el verano se ha convertido en un placer poco menos que imposible. Quizá en la Aldehuela, al lado del río y en la Huerta de los Jesuítas. Y para de contar.

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