[dropcap]P[/dropcap]atricio Sánchez, pertenece a la cuarta generación de la empresa Corchos Sánchez Pablos asentada en Valdelosa. Este año, mediante subasta, se han quedado con el corcho del monte. Ellos lo extraen del árbol, lo llevan a fábrica y lo calibran. “Una vez calibrado, lo cocemos y lo seleccionamos por calibres y calidades”.
Una vez que lo tienen preparado, se lo mandan a cinco o seis casas, porque cada una de ellas trabaja un corcho específico. Unas trabajan un tapón de 45, otras de 49,… otras para la arandela del cava, champagne o vino,…
¿El auge del vino, de que haya más bodegas, os ha favorecido?
Sí, en todo.
¿Dónde va el corcho de Valdelosa?
Sobre el 30% se queda en España, pero el otro se exporta a todo el mundo.
¿El corcho de Valdelosa tiene ‘pedigree’?
Es como todo, lo hay muy bueno y de menor calidad. El corcho de Valdelosa es bueno porque tiene una blancura que demandan mucho los bodegueros.
Además de tapones, ¿el corcho de Valdelosa lo podemos encontrar en otros artículos?
Nosotros lo preparamos y lo vendemos, pero hacer tapones está al alcance de muy pocas fábricas en el mundo. Estas se encuentran sobre todo en Portugal, algo en Cataluña. Los portugueses son los amos del corcho.
Valdelosa posee uno de los alcornocales más importante de España y hasta su monte se han acercado cuadrillas de corcheros para quitarle la vestimenta a sus alcornoques.
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