El inicio de las no fiestas de Salamanca y la llegada de los estudiantes durante estos días hacen temer la proliferación de fiestas no autorizadas y botellones, aunque algunos establecimientos hosteleros de la ciudad han tomado sus propias medidas para combatirlos.
Algunos establecimientos de la ciudad han recurrido a un eufemismo para encubrir la barra libre, que no están permitidas, para atraer a los jóvenes a sus locales.
Esta semana se puede beber lo que uno quiera por once euros en algún local muy concurrido de la noche salmantina.
Otros llevan todo el verano ofreciendo cachis por tres y medio, aunque sea con refresco de botellas de dos litros.
Todavía es una incógnita saber si esto y las medidas disuasorias servirán para frenar los botellones.
De entrada, algunos de los emplazamientos habituales para celebrar estas francachelas han sido vallados y tendrán vigilancia policial para evitarlos.