El pasado lunes, la joyería Torrico, en plena Plaza Mayor de Salamanca fue atracada mediante el sistema de alunizaje. Los delincuentes efectuaron su plan durante la madrugada
Por. David García-Cervigón Romero de Ávila
Después del suceso, los empresarios, joyeros y trabajadores de distintos negocios de la Plaza Mayor opinan sobre la facilidad con que esta banda realizó el asalto. Las otras dos joyerías de la plaza se muestran especialmente preocupadas por lo sucedido.
«Tenemos miedo, se nos pone el pelo de punta. Si le pasa a uno nos puede pasar a los demás. Estamos vendidos ante atracadores profesionales», manifestó José Ignacio Cordón, dueño de una de las joyerías de la Plaza Mayor.
Su mayor frustración es la impunidad que según él disfrutan los atracadores: «si te defiendes, el perjudicado puedes ser tú. He tenido un compañero que les robaron. Eran karatekas y consiguieron atrapar a los ladrones, pero durante el forcejeo le dieron una paliza a los asaltantes. Tuvieron muchos problemas legales después. Es una auténtica vergüenza, siempre pierde el que está del lado de la ley», lamentó José Ignacio Cordón.
José Ignacio Cordón asegura que han sufrido varios robos, no es un hecho aislado. Refiriéndose al atraco a la joyería Torrico, «buscaban los relojes. El valor de estos objetos es de 10.000 a 30.000 mil euros, con que roben una docena ya hacen un buen negocio».
Si estas joyerías cuentan con un seguro pueden recuperar lo robado, pero no es tarea sencilla. «Es muy difícil cuantificar lo sustraído. Debes presentar facturas de los productos, y algunos pueden tener entre 15 y 20 años de antigüedad, encontrar dichos documentos puede ser muy complicado», concluyó José Ignacio Cordón.
Desde la Joyería Santiago también muestran sensación de miedo ante lo sucedido. Han vuelto a la normalidad, pero se muestran disconformes con la seguridad ofrecida a su negocio. «Hay dos supuestas patrullas por la Plaza, pero a las cuatro o cinco de la mañana, que es cuando todo esto pasó, yo nunca las veo», puntualizó Ángel Marcos Marín, trabajador de la Joyería Santiago.
Declaran que es muy difícil percibir algún potencial sospechoso. «Movimientos raros los puede hacer cualquiera. Desde un turista que compara precios hasta esta misma entrevista», ironiza Ángel Marcos Marín. Para proteger su negocio realizan actualizaciones y seguimientos con la empresa de seguridad que tienen contratada.
La disconformidad con la actuación de la Policía es algo compartido por los negocios de la Plaza Mayor. «Tampoco es que vea que la Policía haga muchas cosas. Hacen falta medidas más disuasorias. La Policía patrulla, pero en coche, este es el problema. Abandonan rápidamente la plaza y volvemos a empezar. Sería más eficaz una presencia estática y a pie por parte de los agentes», apuntan Carlos Benito y Marina Espadiña.
En el bar Nero también muestran su descontento. «La Policía está todo el día dándonos toques en la terraza y luego por la noche no están para vigilar los negocios», denuncia Javier Fernández, trabajador del bar.
La opinión de la falta policial por la noche también la comparte Raúl de Arriba: «Lo que no entiendo es que no haya policía de noche en la plaza. Que entre un coche y no se entere nadie no es ni medio normal». Varios comercios achacan el cierre de la hostelería a horas más tempranas como la razón por la que la policía no patrulla hasta altas horas de la noche, como sí sucedía antes de la pandemia.
Algunos locales han declarado que recientemente se han vivido situaciones complicadas en la Plaza Mayor, aunque no al nivel del atraco efectuado en la joyería. «Hemos tenido un incidente hace poco. Un vagabundo accedió a la tienda un par de noches seguidas durante la madrugada, se llevó algo de dinero», matizó Marta Martín Pérez. Y es que el aumento de sin techo en la zona es algo que otros comerciantes también han percibido. «Últimamente veo que hay más personas sin hogar, aunque creo que fue uno de ellos quien dio la voz de alarma durante el atraco», recordó Javier Fernández.
Carlos Benito comenta la frecuencia con que algunos ladrones frecuentan la plaza: «Ha habido una temporada que varios personajes se dedicaban a entrar a las tiendas, buscaban el descuido del dependiente. Por ejemplo, a una de las trabajadoras le robaron la mochila detrás del mostrador. Además, hemos tenido un caso de un hombre que venía todas las tardes a intentar robar. Como ciudadano tú no puedes detenerle. Tu nivel de seguridad es relativo, tienes que vigilarlos tú».
Los comercios de la Plaza Mayor cuentan que no rompieron la normalidad tras el atraco. La gente no ha dejado de acudir a los locales e incluso muchos de ellos no llegaron a enterarse hasta mucho después de lo sucedido.