El pasado siete 7 de julio la mujer acudió a un hospital de Madrid para acogerse a la nueva ley sobre muerte digna, pero solo encontró trabas en su camino.
La mujer tuvo una cita con la médica de referencia el pasado 7 de julio y en un primer momento le dijo que la ayudaría pero 48 horas más tarde le comunicó que se había declarado objetora de conciencia, según ha podido saber El País. La paciente tuvo que esperar que otro médico la revisase, pero no obtuvo respuesta, el propio medio ha consultado a la Consejería de Sanidad de Madrid y la contestación fue que no cumplía los requisitos.
Esta paciente sufría una enfermedad crónica osteomuscular incurable que se le había agravado recientemente con un cáncer de vejiga «invasivo y de alto grado». Una de las declaraciones que realizó a El País fue; «no se trata de un capricho, es que mi vida consiste en sufrir lo menos posible, y aun así mi sufrimiento es intolerable».
El final a este sufrimiento lo ha puesto este pasado domingo cuando reservó una habitación de hotel y se quitó la vida con una sustancia.
La asociación Derecho a Morir Dignamente y el doctor Fernando Marín han explicado que habían presentado una queja a la Dirección General de Humanización y Atención al paciente de la Comunidad de Madrid. Su respuesta, remitirla a viceconsejería de asistencia sanitaria y salud pública.
