Se lo estaban pasando tan bien que, cuando llegó la Policía Local para poner fin al botellón, hubo quien no supo asumir que corrían ese riesgo y reaccionó como un crío consentido.
Los hechos ocurrieron a las 22.23 horas del sábado en la calle Bermejeros, cuando los agentes acudieron para disolver el botellón organizado por los jóvenes.
Al llegar, uno de los participantes pateó el vaso de la bebida cuando un agente le indicó que lo tire en la papelera.
Se le solicitó documentación y huyó, aunque fue interceptado en Gran Vía con San Justo. En ese momento profirió varios insultos a los agentes.
Eso le acarreó una denuncia por desobediencia.