[dropcap]H[/dropcap]ace dos semanas mostraba es este mismo espacio mi satisfacción como profesor universitario por la decisión tomada por el profesor Ricardo Rivero, Rector de la USAL, de ordenar la vuelta de profesores y alumnos a las aulas. Unos días después la Rectora de la Pontificia ha tomado la misma decisión. Hoy tengo que manifestar que la Facultad de Medicina recoge ya en sus pasillos el bullicio de los alumnos y parece otra.
Ver las aulas llenas es, sin duda, un estímulo importante para los profesores, porque a pesar de todo lo avanzado en las metodologías de enseñanza a distancia para los alumnos que no podían acceder al aula, no es lo mismo. Si lo fuera, habríamos convertido a las universidades en sucedaneos de la propia Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y nada más lejos de mi intención que infravalorar el excelente papel de la UNED, sino que quiero resaltar el valor añadido de la enseñanza presencial.
Queda aún mucho trabajo por hacer, empezando por la reestructuración de las clases a los pocos días de haber comenzado el curso, un quebradero de cabeza para el equipo decanal de la facultad, tarea nada fácil y que normalmente lleva mucho tiempo, pero el estímulo es tal que no me cabe duda que se realizará en el menor tiempo posible. El profesor José Carretero Decano de Medicina era también ferviente defensor de la vuelta a las aulas. También es preciso replantear la enseñanza práctica de las asignaturas clínicas que, en el caso de Medicina, es especialmente difícil y que posiblemente este curso no podrán normalizarse del todo.
Por ello, es necesario hacer cada día, todos los días, una llamada a profesores y alumnos para que cumplan con las normas de seguridad dentro y fuera de las facultades. Fuera evitando situaciones de riesgo como fiestas multitudinarias y botellones y¡ojo con las fiestas de San Lucas en Medicina los próximos días 11 y 12 de octubre! y dentro sigue siendo necesario medir su temperatura, lavarse las manos con gel hidroalcoholico frecuentemente, usar mascarilla y, en caso de sospechar que pueden tener infección por COVID no acudir a clase y seguir el protocolo establecido para estos casos. Hay que recordar que a pesar de estar vacunados pueden padecer la enfermedad, que seguramente en ellos cursará con un cuadro clínico leve que se confunde fácilmente con una gripe, pero que sin embargo sigue siendo transmisible y puede poner en juego la enseñanza presencial. Por ello todas las llamadas a la responsabilidad son pocas y por eso me permito repetir en esta misma columna: ¡ojo con las fiestas de San Lucas en Medicina los próximos días 11 y 12 de octubre!