[dropcap]E[/dropcap]n las próximas semanas se va a iniciar la campaña de vacunación contra la gripe que, para la mayoría de la población, y tal como se viene realizando desde hace muchos años, se administrará en los propios centros de salud, lo cual es una garantía para los ciudadanos.
La gripe afecta anualmente en España a un 5%-15% de la población y puede llegar a superar el 50% en instituciones cerradas como residencias de ancianos o colegios/internados. La incidencia global es de aproximadamente 1.700 casos por cada 100.000 habitantes. Según el Informe de Vigilancia de la Gripe del Instituto de Salud Carlos III, casi el 50% de los pacientes fallecidos durante los meses de incidencia de la gripe y pertenecientes a grupos de riesgo en los que está recomendada la vacunación, no reciben ningún tipo de vacuna antigripal.
La cobertura vacunal antigripal en España antes de la pandemia Covid ha sido inferior a lo que sería de desear y a lo que la Organización Mundial de la Salud estima que debería ser en España: el 75% de la población de riesgo, que nunca hemos conseguido alcanzar. En la temporada 2011-2012 se logró vacunar al 57,7% de la población mayor de 65 años, disminuyendo progresivamente hasta la campaña 2019-2020 que fue del 54,7%. La temporada pasada, es decir la campaña 2020-2021, en plena pandemia Covid, se vacunó el 67,7%, un 13% más que la campaña inmediata anterior, pero lejos aún del 75% recomendado.
La vacunación antigripal tiene como objetivo reducir la mortalidad y la morbilidad asociada a la gripe y el impacto de la enfermedad en la comunidad. Se dirige a proteger a las personas que tienen más riesgo de presentar complicaciones en caso de contraerla y también a las que, por sus características personales y profesionales (cuidadores, profesores, personal sanitario), pueden transmitir la gripe a otras personas.
Durante la temporada 2019-2020 se detectaron en España 619.000 casos en Atención Primaria y se produjeron más de 27.000 hospitalizaciones, 1.800 de ellos en las UCI. El número de fallecidos en esa campaña se estimó en 3.900. Es fácil deducir que la gripe es un serio problema de salud al que es necesario enfrentarse cada año.
Es preciso hacer un esfuerzo global, a todos los niveles, para intentar alcanzar las tasas de cobertura vacunal propuestas por la OMS (75%), especialmente en las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones por la enfermedad y también en aquellas que conviven con pacientes de alto riesgo.
En estos momentos en los que la pérdida del sentido común durante la pandemia ha producido tantos negacionistas es necesario que todos añadamos nuestro grano de arena a la campaña de vacunación antigripal que va a tener lugar inmediatamente y que, además de vacunarnos, animemos a las personas de nuestro entorno a que se vacunen.
No sabemos cómo se va a comportar el virus de la Covid durante el otoño y el invierno próximo, pero lo que sí es seguro es que si se suman el virus gripal y el virus SARS-COV-2 (responsable del Covid) volveremos a vivir momentos difíciles. Para evitarlo permítanme una recomendación: póntela y pídele que se la ponga (la vacuna y la mascarilla).