Desde el sindicato Sambucyl abogan por la internalización del servicio de transporte sanitario, en especial el de urgencias que está dentro de la cartera básica de salud, no así el programado que está en la suplementaria o complementaria. «Creemos que esto será un hecho. Está en las manos de la Junta de Castilla y León y de Sacyl ser parte del procedimiento o que algún día suceda inevitablemente»
Algunas comunidades autónomas ya lo han visto y están en proceso de internalización con el lógico periodo de ajuste. Desde Sambucyl ponen como ejemplo el Samur de Madrid, que desde su creación está gestionado por el Ayuntamiento de Madrid y es referencia nacional e internacional en cuanto a gestión, protocolos,…
El transporte sanitario de urgencias, y por extensión de emergencia, no es que sea un servicio básico, para Sambucyl «es más. Es lo más indispensable, como se ha visto durante la pandemia. Un servicio que ha acudido siempre, muchas veces éramos los únicos que íbamos a los domicilios a atender y trasladar a los pacientes», puntualiza Ángel Hernández desde Sambucyl.
Con esta pandemia se ha puesto de manifiesto la rigidez del marco jurídico de la contratación pública. «Es tan rígido que cuando se dan estos escenarios extremos, como es una pandemia, es muy difícil que sean flexibles. No se han podido aumentar recursos en un momento puntual y dar respuesta inmediata a las necesidades de los distintos territorios. En unos territorios teníamos una incidencia y en otros, otra, y no necesariamente una al lado de la otra o en la misma provincia».
El transporte sanitario de emergencias es tan indispensable para la sociedad, «que si los trabajadores intentan hacer huelga, se limita o anula, porque los servicios mínimos que impone el cliente de las empresas, en este caso Sacyl, siempre han estado al 100%», matiza Ángel Hernández desde Sambucyl.
La gestión del día a día, quién mueve los recursos, es directamente la gerencia de emergencias sanitarias de Sacyl, a través de su centro de coordinador de urgencia, CCU, no son las empresas las que mueven los recursos atendiendo a las llamadas que les puede marcar Sacyl. «Es un servicio que en Castilla y León es la imagen corporativa del 1-1-2 Emergencias y Sacyl. El servicio mejor valorado por los ciudadanos en Castilla y León y es por los profesionales que estamos implicados con los ciudadanos de Castilla y León y con los que nos visitan en la asistencia técnicosanitaria».
Cuando se debate si es mejor internalizarlo o dejarlo como está en manos de empresas privadas, siempre se tira de números para cuantificar los costes. «Desde Sambucyl decimos que no se trata de costes o de calidad, que son aspectos importantes, se trata de eficiencia y eficacia. Un servicio público tienen que ser eficaz y resolver un problema de movilidad de pacientes en situación de urgencias o emergencias. Por desgracia, la calidad se mide muchas veces porque rellenemos bien un formulario o porque se sigan ciertos protocolos de gestión. Poner solo beneficios, que sea más o menos barato, no nos parece adecuado», apunta Hernández.
El grupo empresarial que tiene la concesión del transporte sanitario en Castilla y León, HTG Group nace de la fusión del grupo Ambuibérica y Emeru, ambos en manos de fondos de capital riesgo que se unen para minimizar costes o maximizar beneficios. «Estos han vendido toda la cartera que tenían invertida en HTG Group a otro fondo de capital riesgo por la friolera de 230 millones de euros. Nosotros no producimos bienes, prestamos un servicio que en un porcentaje muy alto es contratado por las administraciones públicas. El beneficio, la revalorización de las acciones que pueden tener esos fondos de capital, está en rascar el beneficio de quitarlo de otras partidas, porque no aumenta el valor del bien que damos. Los contratos de la Administración son cerrados, son partidas concretas, ¿Dónde está el beneficio? En la cantidad de dinero que son capaes de ahorrar para tener más beneficios», preguntan desde Sambucyl.
La mayor partida presupuestaria está en los sueldos de los trabajadores. Un servicio esencial como es el del transporte sanitario, hay trabajadores cobrando menos que el SMI, porque tienen contratos de formación. Con la subida del SMI habrá muchos trabajadores que sea lo que cobren. «Queremos un servicio con implicación personal y humana, eso se tiene que conseguir con motivación. El dinero no es un buen motivante, pero cuando tienes ciertas necesidades básicas cubiertas, cuando no llegas a cubrirlas, el dinero es necesario. Tenemos el sueldo que correspondería al 2012, con una inflación que cuando cerremos este año estará por encima del 12%, con nuestros sueldos congelados desde el 2012. Aún así, hemos estado, nos hemos involucrado, hemos dado un trato humano excelente a la población y se refleja en las encuestas de valoración. A veces, éramos los únicos ojos que han visto los pacientes que se montaban en una ambulancia con un sentimiento incierto de qué pasará de mí. Todo eso nos lo hemos cargado nosotros en la mochila, lógico es que nuestros gobernantes en Castilla y León que gestionan el Sacyl y la Consejería de Sanidad nos tengan en cuenta y nos valoren, que no seamos mercadería«, concluyen desde Sambucyl.