La lotería de Navidad tiene una liturgia especial. Se comparten décimos con amigos, familiares y allegados; se compran participaciones de sobrinos, hijos, nietos y ahijados; no te quedas sin el número del bar donde tomas el pincho o el de la panadería donde compras el pan. Y qué decir del de la oficina o empresa. A todos estos décimos o participaciones, hay otros números que se compran porque es el del día de tu boda, nacimiento de hijos o fechas significativas.
A lo largo de las ediciones, los aficionados a la lotería han ido poniéndole nombre a las terminaciones, unas son muy obvias, como el 00, los dos huevos, y otras carecen de explicación, como puede ser el 73 que va asociado al hospital. Eso sí, a las 100 terminaciones le corresponde un significado.
Este es: