“Estoy realizando mi trabajo, entra un señor que supuestamente está en coma, lo exploro y al producirle un estímulo doloroso, que es lo que hay que hacer según el protocolo para saber si está o no en coma, reacciona y comienza a insultarme y pegarme. Me doy cuenta y me abalanzo sobre él. Le sujeto las manos, al no poder con las manos, me da una patada. Menos mal que llevaba las gafas y lo único que tengo es un golpe en la nariz”, relata el médico agredido en Urgencias del hospital de Salamanca
Dice que es lo único que tiene, pero lo normal es que cuando se trabaja nadie te agrade. ¿Tienen seguridad en Urgencias?
Sí. Hay un servicio de seguridad.
¿Trabajan con seguridad?
Ahora menos.
¿Por qué?
Por su estructura, el hospital nuevo es más inseguro. Las distancias son más largas; el consultorio donde yo estaba no tenía botón del pánico y no hay un sistema de doble puerta, que sí lo tenían el Clínico y el Vega en todos los consultorios.
¿Están atrapados?
Claro. A mí no me quedó otro remedio que intentar parar la agresión. No podía huir porque había quedado encajonado entre la camilla y la mesa. Me habían puesto la camilla mal, pero claro, no esperaba que me agredieran, vamos a partir de ahí, sé cómo colocarla. (Risas)
Ahora ya es licenciado en colocar camillas. Perdone que me ría.
No, si el primero que se ríe soy yo. Esto es lo triste de esto, que somos capaces de reírnos de esto.
O lo valiente.
No, lo triste, porque lo hemos normalizado. (Se emociona) Lo que es una pena es que esta situación se vea normal. Voy a puntualizar una cosa: agresiones físicas hay muy pocas, pero verbales, amenazas, insultos, te voy a quemar el coche, haces lo que yo quiero o tendrás problemas,… eso es habitual. Todos los días.
¿Se ha incrementado con la pandemia?
No, viene de antes. Lo que pasa es que cada vez es más frecuente.
Es tan pobre el insulto….
No es ni pobre, ni rico. Esto se hace porque hay una permisividad por parte de toda la sociedad. Los insultos los llevamos escuchando desde hace más de 30 años, lo que ocurre es que con la pandemia, y con el hospital nuevo mucho más, se ha agudizado. Pero, no es un problema de ahora.
¿Cuáles son las causas de esa falta de respeto social?
En primer lugar, los políticos que tenemos. Lo siento mucho.
Una duda sobre la agresión. ¿Ha recibido alguna llamada preguntando cómo está?
A eso voy. Lo único de lo que se preocupan los políticos es de permanecer en el cargo cuatro años más. Tanto de una ideología como de la otra, izquierda y derecha, se han transmitido dos cosas: La izquierda, que la sociedad tiene derecho a todo, sin ningún deber. Es decir, tienes derecho a la Sanidad, pero también debería tener el derecho de respetar al profesional. Desde la derecha se ha culpado al trabajador público – a todos- de la causa de ruina económica. A las personas se les ha transmitido que tienen derecho a todo y por otro lado, que los que trabajamos para la administración somos lo peor y que vamos al trabajo a fumar y a tomar café.
¡Vaya análisis!
¡No estoy diciendo nada que no se diga en cualquier bar! No me valen los aplausos, son puñetera hipocresía. Se lo decía a mis amigos: No salgáis a aplaudir, porque lo que yo necesito es otra cosa.
Y se acabaron…
¡Gracias a Dios!
J.M.M, apoyo de la institución…
Absolutamente cero.
¿En su opinión en los cargos de responsabilidad de un hospital debía de haber personas que no las pusieran los políticos?
Se supone que los que están ahí saben lo que hay en un hospital, porque son médicos. De hecho, la subdirectora empezó en el servicio de Urgencias, por lo que debería de saberlo y el gerente es médico. Así que creo que lo saben, pero se les olvida lo que hay en el hospital. Me encontré con la subdirectora médico en un pasillo y me dijo: ‘ya sé lo que ha pasado, ya está informada la asesoría jurídica’. Hasta ahí todo el apoyo, porque a estas alturas todavía no se han puesto en contacto conmigo.
¿Cree que lo va a hacer?
No. Cuando sufrí la agresión seguí los pasos habituales, dar los datos para que se me perite. Dos, es un accidente que pasa en el trabajo, lo declaro al jefe de la guardia. Se me informa de que hay un registro de agresiones en la Junta.
¿En qué consiste?
Es un link al que puedes acceder y contestas a una serie de preguntas. A ese link no pude acceder porque no funciona.
¿Qué hizo?
Como es un accidente laboral, lo declaré en Salud Laboral. Me atendieron muy bien. De dirección para abajo todo el mundo ha trabajado muy bien. Ellos sí que pudieron acceder a ese link. Me hicieron una serie de preguntas.
¿Cuáles?
¿Quiere recibir un curso sobre medidas preventivas para que no pasen estas agresiones? Le dije que no, porque eso sería como castigarme a mí. ¿Quiere usted que la administración le mande al agresor una carta reprimiéndole su actitud y que va a tener consecuencias? Le dije que mandaran lo que creyeran conveniente. Tres, ¿Quiere usted que el Sacyl inicie un procedimiento administrativo contra el agresor? Le dije que sí. Así que, ¿qué pasa? ¿Qué las patadas las recibo yo y cobra el Sacyl? Pregunto. Cuando acaba de hacer todo el procedimiento, Salud Laboral lo que me da es un número de teléfono para que yo llame a un abogado si lo preciso. Eso me indignó. El abogado era para que no fuera solo al juicio. Evidentemente, tengo iniciada una causa penal por mi parte. Tenía contratado abogado. A estas alturas, nadie de la Junta se ha puesto en contacto conmigo, ni de dirección, ni la asesoría jurídica,… un cero a la institución.
¿Ni siquiera le han puesto a su servicio la atención psicológica?
No. El único apoyo que he recibido ha sido a nivel individual de mis compañeros, que tampoco colectivo. Sé que tengo el cariño de mis compañeros, pero nada a nivel colectivo del servicio de Urgencias, que es mi servicio. A mí no me han pegado por ser yo, a mí me han pegado por hacer mi trabajo.
Urgencias es la puerta de entrada al hospital…
Nosotros somos la puerta al paraíso como yo digo. Por eso, cuando dices que no, vienen las agresiones, los insultos, las faltas de respeto…
(Silencio)
¿Qué necesidades tienen?
Con la estructura del nuevo hospital deberían de poner más personal, no menos, que es lo que pretende la dirección. A mi entender, la estructura es muy mala, estamos muy lejos, no hay doble puerta, el botón del pánico se ha puesto en una zona comunal, no en los consultorios, aunque eso no solucionaría nada, porque las distancias son tan largas que cuando llega seguridad, si no me he defendido yo, mal estoy. Si no soy perro viejo y me abalanzo sobre él y lo dejó ponerse de pie, no sé qué hubiera pasado. Quiero dejar una cosa clara: seguridad actuó perfectamente dentro de sus posibilidades. Llegó lo más rápido que pudo. Creo que quedan tres personas, una para Psiquiatría, otra para Urgencias y otra para hacer la ronda. Las distancias son tan grandes que no nos podemos ayudar entre nosotros.
¿El personal sanitario es tan caro como dicen?
Somos muy baratos.
¿La Sanidad tiene precio?
La que tú le quieras poner y depende de los objetivos que tú quieras darle. Esto es como todo. ¿El jamón ibérico es caro? Depende. A lo mejor es que hay que transmitirle a la sociedad que tenemos los mejores servicios públicos que nos podemos pagar. A la sociedad se le ha hecho creer que todo es muy caro y que paga mucho. Cosa que es mentira. Un paciente me dijo que era vergonzoso el trato que recibía para lo que pagaba y le contesté que quizá creía que estaba pagando jamón y solo llegábamos a tocino.
¿De dónde vienen esas expectativas?
Creo que los políticos le crean a la sociedad esas expectativas que no son reales o que ellos no quieren cumplir. A la Sanidad le dedican un tanto por ciento muy pequeño y no le van a destinar más.
En otros países, que no presumen tanto de Sanidad Pública, ese tanto por ciento del presupuesto es mucho mayor que en España…
Y al profesional se le paga el doble que aquí. Por eso, nos estamos yendo.
Una curiosidad, cada vez se hacen más seguros sanitarios privados. ¿Qué se pretende?
Llegar a un sistema de mutuas. ¿Qué va a perder la sociedad? Le van a limitar mucho la asistencia. Ahora, por un módico precio tienes todos los médicos y veces que tú quieras. En otros países no es así. Las mutuas te van a permitir un gasto y cuando lo superes, habrá que pagarlo. Uno de los problemas para la privatización es el tipo de población que tenemos…
Es muy envejecida…
Por eso no resulta rentable. Además, las mutuas y la sanidad privada en este país no tienen la capacidad de atender a toda la población.
¿Quién va a Urgencias?
Todo el mundo. El que tiene algo agudo y el que no lo ve su médico de cabecera porque se han blindado las consultas y sigue habiendo consultas telefónicas y las personas quieren que las vean. Cuando llaman dos veces y no los recibe su médico, bajan a Urgencias. En segundo lugar, la Atención Primaria está colapsada. Si tengo una fiebre o un dolor, bajas a Urgencias, sea urgente o no. Personas con problemas crónicos que están pendientes de citas o pruebas que no se realizan, bajan a Urgencias para ver si la adelantamos. Cuando le explicamos que no podemos, viene la frustración.
¿Deberíamos tener una formación de cuándo debemos ir a Urgencias?
Sí. ¿Sabes cuál es la definición legal de urgencia? Todo lo que el familiar, acompañante, allegado o pase por la calle considere que es una urgencia.
¡En serio!
Sí.
Entonces sí que son la puerta del paraíso.
No hay ninguna cortapisa. Nos han negado la especialidad por enésima vez.
Lógico. Son el médico para todo.
Exactamente. (Risas) Somos las galeras y válvula de escape del sistema sanitario.
Son los médicos de la felicidad.
Claro. Tengo en mis manos todo para darles y soy el que dice que no, por lo que soy el malo. De hecho, en las encuestas de satisfacción, el médico es el peor parado, porque es el que dice que no. Se deberían hacer campañas de utilice bien los servicios públicos que son de todos.
¿Estaría bien que nos dieran una factura de lo que cuestan los servicios?
Eso es una gilipollez. A mí qué más me da lo que cueste, si yo no lo pago. La asistencia a Urgencias está fichada a 110€. No estoy de acuerdo con el copago, porque la asistencia no se le puede negar a nadie tenga o no los 100€. Lo que hay que hacer es educar para que se haga un uso correcto de los servicios públicos.
¿Interesa que la sociedad esté cabreada y molesta con los profesionales públicos?
Somos el puching ball. Vamos al trabajo a tomar café.
Alguna cosa más harán…
Eso es lo que se dice. Llevaba seis horas esperando y vi al médico que iba a tomar café. Claro, como todos, también necesitamos descansar y comer. El problema de la sociedad es que cuando pago, parece que pago mucho y cuando me pagan a mí, recibo poco. Es una guerra que tengo, creo que por ser trabajador público me exigen más de lo que ellos se exigen en su propio trabajo. Eso me parece injusto. A mí la administración ya me tiene en galeras como un esclavo.
Esto me lo está contando desde la tranquilidad, no desde el enfado.
Estoy tranquilo. Si hubiera estado enfadado estaría utilizando otro lenguaje. Los grandes culpables son las personas que dirigen este país, tanto en la oposición como en el Gobierno, que se lo intercambian. Unos dicen que somos muy caros y otros que tenemos todos las obligaciones.
¿Somos conscientes de que estamos todavía en pandemia, que es una situación crítica?
No. Pero, los primeros que no lo son, es la administración. En Salamanca tenemos un hospital en el que no se puede hacer circuito Covid.
¿En serio?
Totalmente. ¿Qué circuito se hace en un rectángulo con dos pasillos? No hay que pensar en una pandemia para que venga una enfermedad infecciosa, hay gripe. No se piensa, ¿para qué? Si hemos hecho un hospital de pabellones.
¿Cómo están trabajando?
Mal. Con mucha carga de trabajo y unos horarios penosos. Sin comedor, estás comiendo en nuestro propio servicio, por lo que aumenta la ansiedad, porque no puedes ir a ningún sitio. El hospital está pensado para trabajar a pico y pala. Estamos en la esclavitud más absoluta, en un sistema feudal. Estamos conectados a un ordenador y con el sistema de tarjetas inteligentes van a saber cuándo llegas, te vas, las veces que entras…
Así se trabaja mal, sobre todo en trabajos donde hay que estar muy despejado…
Pero eso a mi director médico, gerente o consejera le da igual.
Pero a mí como paciente no…
Pero nosotros no decidimos. Bueno sí, con el voto. Con esta conversación estoy intentando hacer visible una situación donde todos los profesionales somos objeto de agresiones, de una forma o de otra, y eso no se puede permitir ni en el mundo de la medicina, ni educación, ni policías, ni el camarero,… toda persona en su lugar de trabajo debería ser considerada autoridad. Si el camarero no me quiere servir, lo acepte y no le dé una leche. Esta situación es más frecuente de lo que las personas se pueden imaginar. Realmente es un problema. Las personas se jactan de insultar a los demás. Cuando yo, como médico, tomo una decisión, no lo hago porque te tenga o no manía, la tomo en base a unos medios y conocimientos científicos. Quizá me vienen pidiendo cosas que no puedo dar.
¿Qué le dice a los que no se vacunan?
Allá ellos. Las consecuencias las pagarán ellos. El 90% está vacunado por lo que no hagamos un problema donde no lo hay. Somos incapaces de decir que mi enemigo está haciendo las cosas bien. En España nos hemos portado bien y por eso estamos así de bien.
2 comentarios en ««El hospital nuevo es más inseguro»»
Y que después de cuatro horas en urgencias tengan la osadía de decirte en la sala de espera , delante de más de 20 personas el resultado de tus pruebas ? Eso que es ?
Ellos también deberían de empatizar BASTANTE MAS
no a las agresiones…..pero más profesionalidad.
Que así va todo…a más y a peor
Empatizo contigo, compañero y te mando mucho ánimo. En esta sociedad cada vez estamos peor valorados y la administración desde luego no ayuda en nada.
Lamento que sigáis pensando que nuestras consultas están «blindadas». He trabajado en tres centros de salud desde el inicio de la pandemia y jamás se ha negado la atención a nadie por ningún motivo, al menos en dichos centros. Ha habido consultas programadas tanto telefónicas como presenciales, así como consultas urgentes a demanda. Ovejas negras hay en todas partes, pero estoy segura de que no nos representan a la mayoría de los médicos de familia, que además somos de los colectivos más maltratados por la administración.
Lo dicho, mucho ánimo y a seguir tirando, que es lo que nos queda.