En Whittier, un pequeño pueblo situado en Alaska (EEUU), cuenta con una particularidad que lo hace único: casi la totalidad de sus 200 vecinos viven en el mismo edificio.
El pueblo tiene una extensión de 50 kilómetros cuadrados y su población supera por poco los 200 habitantes. Prácticamente todo el año se enfrenta a temperaturas gélidas, por lo que en muchas ocasiones las aguas que lo rodean están congeladas. Además, está rodeado de montañas. Un alto porcentaje de la población local vive en un gran edificio, con tres módulos de 14 plantas cada uno, conocido como Torres Begich.
Actualmente Whittier cuenta con 214 habitantes. De ellos, alrededor de 180 viven en las Torres Begich. Entre las paredes del edificio se encuentran el ayuntamiento, la comisaría, la oficina de correos, la iglesia, el centro de salud, un supermercado, una cafetería, un videoclub. una lavandería y el único hotel de la localidad. La escuela es una de las pocas instalaciones que se encuentra fuera. Sin embargo, en invierno las puertas se cierran y se entra por un túnel que conecta el centro con el gran edificio.
Los orígenes del edificio se remontan a la década de los 50. Debido a la importancia geopolítica del lugar se construyó la base militar de Camp Sullivan. Posteriormente, en 1953 se construyeron las Torres Begich para alojar a los militares destinados en el lugar junto con sus familias. En los años 60 se cerró la base militar y el edificio pasó a la Administración civil. Sin embargo, algunos vecinos permanecieron en el pueblo, manteniendo las Torres habitadas.